Ante los retos que presenta la tecnología actual y la industria en general, las nuevas generaciones de ingenieros tienen la responsabilidad de forjarse con altos niveles de preparación para enfrentar los grandes desafíos que representa el incremento de la demanda, destacó el ingeniero Javier Oropeza Ángeles, premio Nacional de Ingeniería 2018 y conferencista.
Señaló que los ingenieros mexicanos tienen un gran reconocimiento profesional en América Latina, consecuencia de su esmerada preparación y por los resultados obtenidos en el sector eléctrico.
Expresó que en países como Ecuador, Colombia, Chile, Perú, República Dominicana, entre otros, le tienen reconocimiento a los ingenieros mexicanos.
El ingeniero Javier Oropeza, quien ha acudido a ofrecer conferencias a esos países, afirmó que los ingenieros mexicanos han cosechado un prestigio derivado de su desempeño profesional.
En el marco de una conferencia ofrecida en el CIME de Puebla que preside Carlos Morán Ramírez, Oropeza Ángeles precisó que se requiere de una constante preparación y capacitación de los ingenieros.
Nuevas generaciones de ingenieros enfrentan el reto de la tecnología e industria actual
Por ello remarcó que las nuevas generaciones de ingenieros tienen esa responsabilidad de forjarse con altos niveles de preparación.
Al preguntarle sobre los efectos originados por la pandemia, rescató que la parte positiva fue que se profundizó en el área educativa a través de la distancia, que sí bien tuvo algunas problemáticas, abonó también para reafirmar este medio de enseñanza-aprendizaje.
Comentó que la CFE ha contribuido también en el fortalecimiento de la infraestructura, aunque reconoció que la introducción del sistema fotovoltaico y la eólica representan desafíos en la integración con la red nacional.
En el tema fotovoltaico apuntó que paulatinamente se han aceptado las ventajas que tiene esta tecnología que le permite al usuario pagar menores cantidades por el consumo de la energía.
“Hay una gran diferencia en cuanto a la inversión, aunque vale la pena porque la amortización se hace en un período de por lo menos de cinco hasta diez años”, subrayó.
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