El equipo de Grecia de 2004, marcó para siempre un antes y un después en el fútbol mundial tras conseguir levantar el trofeo de campeón de selecciones nacionales europeas de ese año.
Dos décadas después, sigue siendo referencia como una de las hazañas deportivas más grandes que se han visto en la historia reciente. En la final de la Euro 2004, Grecia derrotó a la local Portugal de Cristiano Ronaldo y Luís Figo dirigida por Luiz Felipe Scolari.
El detalle por el que se recuerda al evento como una sorpresa mayor es que Grecia jamás fue un rival de poder ni tenía un historial destacado en la Euro. Antes de 2004, los helénicos únicamente habían participado en la edición de 1980 y fueron eliminados en fase de grupos. Además, en su última Copa del Mundo jugada hasta ese momento, Estados Unidos 1994, no lograron sumar ningún punto y fueron el peor equipo de la competición.
El primer batacazo de este evento se dio durante la clasificatoria previa al torneo. Grecia compitió en el Grupo 6 de las eliminatorias para la Eurocopa 2004 junto a España, Ucrania, Armenia e Irlanda del Norte; a pesar de perder los dos primeros partidos, el equipo de Rehhagel compuso el camino, venció en Zaragoza, fue primer lugar y obtuvo su boleto directo al torneo.
Grecia fue sorteada en el Grupo A y tuvo que enfrentarse a un sector complicado al medirse con Portugal (que era anfitriona), España y Rusia. La azul-blanco tuvo un debut sorpresivo y derrotó por marcador de 2-1 a los locales, para después igualar a un gol con España y finalmente caer 2-1 ante Rusia. Avanzó a los cuartos de final gracias al criterio de desempate y comenzó el milagro que terminaría por escribirse un 4 de julio del 2004.
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En cuartos de final, contra todo pronóstico, venció a Francia, que venía de ser campeona en la última edición y contaba con grandes nombres como David Trezeguet, Thierry Henry y Zinedine Zidane. Andreas Charisteas puso el de la victoria con un potente testarazo asistido por Angelos Zagorakis.
Para las semifinales, Grecia eliminó a la mítica generación de República Checa protagonizada por Petr Čech, Tomáš Rosický, Milan Baroš y Pavel Nedvěd, jugador que venía de ser el último galardonado por el Balón de Oro como el mejor futbolista del mundo. De nuevo, con un gran repliegue defensivo, Grecia rompió los vaticinios y se clasificó mediante la regla del gol de plata. Traianos Dellas marcó en el minuto 105 de partido para vencer por la mínima al equipo de Karel Brückner.
No había escenario más perfecto para el final de la épica helénica que frente a la local Portugal de Cristiano Ronaldo, Deco y el capitán Luís Figo en un recién construido Estadio da Luz. Tras haberlos vencido en fase de grupos, les arruinaron la fiesta de forma absoluta un día como hoy, pero en 2004. Con otro cabezazo de Angelos Charisteas, fue el mismo dorsal 9 quien puso la solitaria anotación del encuentro para darle a Grecia su histórica conquista en la Eurocopa.
Veinte años después, aún se recuerda al atrevido equipo de Otto Rehhagel y su eterno triunfo en el torneo de selecciones europeas como uno de los gestos de heroísmo más grandes en la historia del fútbol y de todos los deportes. La magnitud de esta epopeya recae en que Grecia no era, jamás fue y, hasta el momento, no es una potencia de la disciplina, pero dicha característica no fue impedimento para eliminar uno por uno a los grandes favoritos del torneo, con muchas más armas en cuestión de talento y experiencia.
Las claves de Grecia
Otto Rehhagel alcanzó la gloria junto a su legendario equipo gracias a conceptos como la disciplina, la táctica y el orden. La historia de Grecia en la Eurocopa 2004 es un recuerdo del valor que tiene el trabajo en equipo y cómo este tiene la gran capacidad de potenciar las cualidades de los jugadores, más allá de las aptitudes individuales.
● Esquema defensivo: Rehhagel optó por un sistema táctico que mantuviera una defensa sólida, estructurada y organizada. Los campeones de la Euro 2004 jugaban 4-4-2 y 5-3-2 con Traianos Dellas y Michalis Kapsis como principales responsables de la marca y anticipación.
● Transición defensiva: Se buscaba que el repliegue defensivo fuera veloz y los rivales no encontraran los espacios para generar alguna situación de peligro. Para esto fue necesario un gran esfuerzo colectivo y una disciplina táctica excepcional.
● Contraataques y jugadas a balón parado: Grecia planteó los partidos para cuidar muy bien la primera zona del campo y aprovechar los errores contrarios para encontrar y hacer efectivos los contragolpes. De igual forma, fue un equipo que tenía muy trabajadas las jugadas a balón parado para rematar dentro del área, como lo hizo Angelos Charisteas durante todo el torneo.
Esta es la historia de Grecia en la Eurocopa 2004, que con un rigor táctico, manejo de presión, resistencia física, solidez defensiva y poder en los contragolpes, cambió la historia para siempre de lo que se podía lograr en el mundo del fútbol, aún sin ser favorito, mientras hubiera un trabajo en el desarrollo colectivo, que priorizara la disciplina y la organización.
Han pasado dos décadas y, no sólo los fanáticos, todos los integrantes del planeta fútbol tienen vigente en su memoria este imborrable hito que representa superación y un motivo de inspiración para derrumbar las barreras de lo que se considera imposible.
“¿Por qué no podemos ser Grecia en la Eurocopa?” pronunció Javier Hernández, entonces delantero de la Selección Nacional de México, previo al arranque de la Copa Mundial de la FIFA 2018.
FOTOS: Agencias
Por Carlos López Gutiérrez de Velasco
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