La euforia por los grupos musicales de finales de los ochentas e inicios de los noventas, en donde varias caras bonitas lucían frente a los miles de seguidores que los apoyaban en todo, y de los que el paso de los años dejó entrever los problemas que existían, como en todo, por la cuestión de ser un grupo de varios seres unidos por un bien económico detrás de sus éxitos como un producto meramente comercial.
Poco importaba si en realidad tenían talento, buenas voces o eran mundialmente aceptados, pero desde su aparición “Locomía” fue un grupo que rápidamente llamó la atención de todos los reflectores, en especial de sus seguidoras, en donde por aquellos años ser abiertamente gay no era lo más apropiado si es que se tenía como fin el éxito, pero de quienes su vestimenta y los enormes abanicos, son sellos tan característicos que hasta hoy en día los hace ser considerados como chicos que se encontraron muy adelantados para su época, y de quienes su historia ahora es el tema central de la nueva película para Netflix “Disco, Ibiza, Locomía”.
Xavi Font y su grupo de amigos llegan a la isla de Ibiza para poder cumplir su sueño de dedicarse al mundo de la moda en la España de mediados de los ochenta. Allí son descubiertos por José Luís Gil, un productor y magnate de la industria musical en búsqueda de talentos frescos y diferentes con los que montar un grupo de éxito. Ninguno de ellos sabe cantar, pero eso no impide que vayan a saborear las mieles del éxito. Una vida relajada en Ibiza, conciertos en Latinoamérica llenos hasta la bandera y sus voces en las discotecas de medio mundo. Su estilo era rompedor y nuevo, sus fans estaban obsesionados con ellos y ganaron millones. Pero todo estos éxitos tienen un alto coste: su propia libertad.
La película se enfoca en la demanda que vivieron los integrantes originales con su creador y representante artístico, por el incumplimiento de contrato al tiempo en que deciden tomar las riendas por sí solos e independizarse, lo que llevó a Luis Gil a reclutar nuevos integrantes y remplazarlos a todos para poder continuar cumpliendo con el contrato de la marca, lo que desencadenó una ola de fans enardecidas que nunca aceptaron este acto.
Con números musicales atractivos, una narrativa que se siente agradable para no caer en momentos de aburrimiento, identificarnos con cada uno de los integrantes y conocer su historia de fondo hasta la actualidad, esta cinta resulta un triunfo en la que además se cuenta con muy buenas interpretaciones por parte del elenco principal y los personajes secundarios, haciendo de esto una explosión musical con un toque respetuoso sobre la comunidad LGBT y la mirada de una época de finales de los ochentas donde la originalidad siempre caracterizó a este grupo de extravagantes chicos.