Solamente los que vivimos la experiencia de acudir a un Blockbuster cada fin de semana a rentar el estreno de la temporada, buscando llegar temprano para no quedarnos sin nuestra copia, y de paso caminar por los pasillos para descubrir aquellas películas que no vimos en cine y que ahora podíamos disfrutar desde la comodidad de casa, sabemos de esa enorme tristeza que aún está presente en nuestros corazones al saber que es un lugar que dejó de existir desde la llegada de las plataformas.
La culpa de esta gran pérdida la tiene Netflix, empresa con la que nunca se logró un acuerdo de fusión, por lo que ahora resulta raro que es la misma productora la que realiza esta serie que en sí se burla de la nostalgia de los noventeros, dejando en claro que es un fuerte golpe de venganza al documental que vimos el año pasado.
La serie de 10 episodios es una especie de comedia muy superficial y sin muchas pretensiones en cuanto al impacto que busca lograr, ya que es de esas que solamente cumplen con hacernos pasar un rato agradable y ligero en donde Timmy, el jefe del último Blockbuster en el mundo, lucha para impedir su cierre después de que el aviso se hiciera oficial por parte del consorcio, por lo que crea diversas ideas junto a su equipo de trabajo para lidiar con la competencia y seguir ofreciendo eso que la empresa siempre tenía como principal objetivo: una experiencia de convivencia y no solamente la renta de películas, pero de paso, también buscará hacer felices a sus empleados mientras tratan de resolver una serie de conflictos personales, no dejando atrás situaciones románticas con una empleada que junto a él ha dado su empeño por defender el lugar.
LO BUENO: El hilo conductor de esta serie parte del consumo de un estilo de entretenimiento que hoy en día ya desapareció, por lo que ver nuevamente el lugar con sus pasillos llenos de películas, los posters de clásicos del cine y ese uniforme característico, es regresar a aquel tiempo de felicidad, por lo que la ambientación y recreación es un gozo visual. Si bien las vidas de los personajes no son atractivas, los actores que personifican a Timmy, Eliza, Hanna, Connie y Carlos, hacen su mejor refuerzo para agradarnos, además el humor se basa en varios chistes relacionados a títulos o frases icónicas de películas.
LO MALO: La serie es nostalgia pura, por lo que me hubiera gustado más su enfoque hacia algo relacionado a la situación difícil por la que pasa la última sucursal, que si bien si es parte del tema, pero se pierde y se encamina hacia un toque muy cliché y meramente predecible, siendo tan simple que no le hace justicia al paso del tiempo y la rápida evolución de la cultura pop, considerándose una oportunidad perdida en algo que pudo ser memorable; pese a dejar situaciones en el aire, parece que no verá la luz para una segunda temporada.
LO INTERESANTE: Su último capítulo muestra algo totalmente real, ya que ocurrirá una tormenta solar, lo que dejará desactivado Internet por un tiempo, situación que provoca que Blockbuster nuevamente se encuentre abarrotado por personas desesperadas en rentar una película y así poder entretener a los más pequeños de la casa o parq pasar el tiempo, por lo que esas copias en formato DVD se vuelven tan necesarias en la vida como en aquellos tiempos previos a la llegada de lo digital, algo que hoy en día solo vive en nuestra memoria.