Desde el Mirador Canadiense y a través del Vagón del Tiempo
COMPARTIMOS HOY INOLVIDABLE VIVENCIA
Regla de oro en el periodismo es no escribir en primera persona ni incluirnos en el tema a transmitir, pero también valorar la importancia de firmar para avalar nuestro criterio personal al escribir artículos, columnas o cuando compartimos vivencias o remembranzas, que puedan interesar a quienes gustan de la lectura; por ello finalmente nos atrevimos a escribir la columna de hoy en la que campean nuestro sentimiento personal y la remembranza…
POR UNA LLAMADA RETROCEDIMOS AÑOS
Nos disponíamos a desayunar cuando sonó nuestro teléfono y lo contestamos rápidamente pensando era una llamada importante y escuchamos: -¿Eres tu Elvira del Carmen?, habla tu amiga María Elena Ruiz para reiterarte en este Día de la Amistad mi cariño de siempre, aunque no nos veamos seguido. Como si en ese momento hubiera frotado la lámpara de Aladino pidiendo que retrocediera el tiempo, nos encontramos de repente en el antiguo edificio de la Escuela Preparatoria donde ella era hábil secretaria y yo era una alumna adolescente…
FUIMOS HUESPEDES DE TOÑA LA NEGRA
Se aproximaban las vacaciones y decidimos viajar a México juntas, pero ella pararía con su hermano Vitillo, que era el mejor bajista mexicano y su esposa la sensación jarocha Toña la Negra, y ahí me iría a recoger mi tío el Lic. Manuel Tejera Salomón. Pero resulta que Toña y su hijo Ernesto, que nos había ido a recoger al autobús, dijeron que no, que yo me debía quedar en su casa y ellos nos pasearían esa semana, que sin lugar a dudas se convirtió en una de las más hermosas vivencias que guarda mi corazón, y claro que mi tío aceptó mirando la emoción que reflejaba mi semblante…
OIMOS CANTAR A TOÑA LA NEGRA AL NATURAL
Toña, que en esos años debe haber andado en la década de los cincuenta años, guapa y con una voz preciosa que pudimos escuchar al natural cuando se metía a la cocina a preparar algún alimento, charlaba con nosotros y cantaba feliz. María Elena provenía de una familia de gran talento musical pues su padre don Víctor era violinista y su mamá, tías y su hermana Aminta cantaban…
CONOCIMOS LA VIDA NOCTURNA DE MÉXICO
Desde el siguiente día, por las noches, su hijo Ernesto, que era muy simpático, fue nuestro guía turístico, y nos sorprendió cuando nos dijo: -Pónganse muy guapas porque las voy a llevar a conocer la vida nocturna de México-, pues había entonces famosos centros nocturnos o cabarets. Nos quedamos un poco desconcertadas porque ni Mary ni yo llevábamos ropa de esas galas, pero Toña salió al paso y dijo: -No se preocupen, Mago y yo les prestaremos ropa-, y así fue. Mago era su amada dama de compañía que iba con ella a sus presentaciones y sonrientes se dispusieron a “decorarnos”…
INDESCRIPTIBLE EMOCIÓN EN “EL PATIO”
Nunca olvidaré la indescriptible emoción que me invadió cuando entramos a “El Patio” que era el más lujoso cabaret de entonces y presentaba a los más grandes artistas de esa época. Como era natural, Ernesto se llevaba con muchos artistas y los trajo a nuestra mesa para que los conociéramos. Esa noche conocí a Marco Antonio Muñiz, que formaba parte del excelente Trio “Los Ases”, y llegó a triunfar como uno de los grandes de México. Retornamos a la casa un poco tarde, por lo que Ernesto manejaba rápido y una patrulla nos detuvo, pero señalándome a mí (con cara de niña asustada) le dijeron que me sentía mal, y nos dejaron ir. Años después todavía nos reíamos de esa anécdota… Gracias María Elena por esa llamada que me hizo retroceder más de medio siglo en el tiempo y confirmar que los grandes amigos son para siempre… Yo friso en los 84 años y María Elena en los 96…
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