Lección no. 2 – La Verdadera Realidad
En esta lección estudiaremos sobre: Deseo y intención/ Intención con el fin de recibir e intención con el fin de otorgar / Percepción del “yo” y el mundo por fuera de mí / ¿Qué es el otorgamiento?
¿A qué te Refieres, Exactamente?
Esa partícula, pequeña, que vuela a la velocidad de la luz, se encuentra en un curso de colisión. Nuestro amigo microscópico se está por estrellar contra un átomo de plutonio, fisionar su núcleo y liberar una enorme cantidad de energía. Va a ser una explosión. Una explosión atómica.
Sí, así sucede, más o menos.
Un ingenuo neutrón se encuentra con un núcleo de uranio o plutonio a una velocidad de relámpago, el núcleo se divide y libera de su interior una energía atómica enorme – una energía que se puede utilizar para terribles necesidades, tales como las que vimos a finales de la Segunda Guerra Mundial, o para necesidades buenas y útiles, como la investigación y la medicina.
Se puede dividir un núcleo para matar, y se puede dividir un núcleo para revivir – todo depende de la intención.
¡La intención, amigos míos, ahí está el asunto! Pónganse los cinturones de seguridad, ha llegado el momento de sumergirse en las profundidades de la creación, al sitio donde actúan las fuerzas más delicadas, más abstractas, más ocultas, y también, más potentes de la realidad – bienvenidos al mundo de las intenciones.
La vida en nuestro mundo nos enseña que, cuanto más abstracta es cierta fuerza, así la potencia que se encierra en su interior es mayor. Piensen, por ejemplo, en un gran garrote de madera, cuánto daño se puede provocar con él o cuánto beneficio se puede extraer de él, a comparación del daño o beneficio que se puede extraer de un pequeño núcleo de átomo de uranio.
El átomo, que es invisible a la vista, está cargado de una potencia increíblemente mayor que la de un tangible garrote. Imagínense, entonces, cuánta energía se atesora en fuerzas abstractas más grandes que las del átomo – nuestros pensamientos y nuestras intenciones. Como hemos dicho, “cierren sus cinturones”, esto será un estallido…
Con el fin de comprender qué significa la intención según la sabiduría de la Cabalá, primero debemos aclarar un punto importante respecto a la materia de la Creación – el deseo de recibir.
En la lección anterior y durante todo el curso, aprendimos que nuestra naturaleza, el deseo de recibir, nos oculta al Creador.
El deseo de recibir quiere solamente recibir, el Creador quiere solamente dar, y esta contradicción es la que nos impide revelar al Creador. Los cabalistas escriben que el ocultamiento o la revelación del Creador, se miden según nuestra semejanza a Él.
Cuanto más otorga el creado, más el Creador se revela a él. Y viceversa, cuanto más se encuentra el creado bajo la influencia de la fuerza de recepción que hay en él, más se oculta el Creador de él.
La lógica conclusión de todo lo dicho es que debemos corregir el deseo de recibir. Aparentemente parecería que si invertimos nuestra naturaleza del recibimiento al otorgamiento, se revelará ante nosotros la realidad espiritual y con ella todo lo bueno de la Creación. Solo que el deseo de recibir no es el origen del problema y no es a este que tenemos que corregir.
El deseo de recibir no es ni bueno ni malo. El deseo de recibir es la materia de la Creación, materia y nada más que eso. La corrupción que exige corrección no es el deseo de recibir, sino el modo de uso que le damos a este deseo. La corrección, según la sabiduría de la Cabalá, es el cambio del uso del deseo, de recibimiento a otorgamiento.
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