Hoy en día ver una película donde los protagonistas sean los populares mosqueteros, puede que no llame del todo la atención de las audiencias; pero vaya sorpresa que nos llevamos con “Los tres mosqueteros: D’artagnan”, ya que sin saberlo, se trata de la primera parte de una trilogía y la emoción se siente desde los primeros minutos hasta su secuencia final que nos deja con ganas de más de esta historia, logrando cautivarnos por la espectacularidad de sus batallas, la imponente ambientación y vestuario, la historia entretenida (aunque todo se trate de recuperar un collar) y los personajes con los que rápidamente conectamos.
D’Artagnan (François Civil) un intrépido joven, es dado por muerto tras intentar salvar a una joven de ser secuestrada. Cuando llega a París, intenta por todos los medios encontrar a sus agresores. Sin embargo, ignora que su búsqueda le llevará al corazón de una guerra en la que está en juego el futuro de Francia. Juntamente con Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmaï) y Aramis (Romain Duris), tres valientes mosqueteros del rey (Louis Garrel), D’Artagnan se enfrenta a las oscuras maquinaciones del cardenal Richelieu. No obstante, es cuando se enamora perdidamente de Constance Bonacieux (Lyna Khoudri), la confidente de la reina (Vicky Krieps), cuando D’Artagnan se pondrá realmente en peligro. Pues esta pasión le llevará tras la pista de quien se convertirá en su gran enemiga: Milady de Winter (Eva Green).
Créanme cuando les digo que cada minuto de esta película será disfrutable por completo, ya que se trata de una de las mejores versiones que hemos visto en años ya que todo el cast es Perfecto y es que su narrativa va avanzando constantemente y no cabe espacio para que nos sintamos aburridos, por el contrario, estamos muy al pendiente de todo lo que ocurre, entre romances, secretos, ambiciones y nuevos retos por cumplir, a eso sumamos que ahora tendremos a uno de los mosqueteros representando su bisexualidad, algo que nunca se había visto pero que resulta natural.