Los grandes eventos deportivos siempre son una gran fuente de presión para los deportistas de élite. Aunque se preparen física y mentalmente para ello, saber que se enfrentan a los mejores y que hay miles de miradas depositadas sobre ellos siempre supone un lastre que puede afectar a su rendimiento, pero también a su bienestar tanto físico como emocional.
Los profesionales sufren una presión que, además, se ha ido reforzando en los últimos años con la masificación de los juegos de azar. Aunque pueda parecer que no, las apuestas deportivas también afectan a los deportistas, incluso en las categorías más altas. Y es que, imagina saber no solo que vas a competir contra los mejores equipos del mundo en el próximo Mundial, sino que también eres uno de los jugadores favoritos en las apuestas copas del mundo. La presión se multiplica exponencialmente.
La presión de las apuestas en los deportistas
La presión que sienten los deportistas de alto nivel puede ser inmensa, especialmente cuando hay grandes sumas de dinero en juego vinculadas a su rendimiento. Las apuestas deportivas pueden intensificar esta presión, ya que los deportistas saben que sus acciones no solo afectan a su equipo y a sus seguidores, sino también a los apostadores que han invertido en su éxito o fracaso.
Aunque pueda no parecerlo, los profesionales son muy conscientes de esto a menudo, de las apuestas que hay en relación con su trabajo. Es algo que aumenta los niveles de estrés considerablemente, así como la ansiedad. Esto, de un modo u otro, también afecta a su rendimiento a nivel físico, ya que no están centrados y corren más riesgo de sufrir lesiones o, simplemente, de no poder rendir al 100% físicamente.
Un profundo impacto psicológico
No importa el deporte que sea, tanto el fútbol como el básquet o incluso el fútbol americano, el deporte más importante de EEUU. En todos ellos, las apuestas han llegado a hacer mella en los jugadores. La sensación de vigilancia y observación constante, así como el saber las expectativas que hay sobre el rendimiento pueden llevar a problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el agotamiento.
La presión de no solo rendir, sino también de hacer todo lo posible por evitar errores que podrían costarles caro a los apostadores, puede ser abrumadora. Por si no era suficiente con saber que se influye en todo un equipo y en sus resultados, esto no hace más que sumar carga a los jugadores. De hecho, si no lo hacen bien, sobre todo en tiempos de internet y redes sociales, los deportistas pueden tener que enfrentarse a críticas mucho más duras y agresivas que van directas hacia ellos.
Todo se convierte en una vorágine de presión que requiere que haya protocolos de actuación para que los profesionales puedan centrarse en hacer bien su trabajo, en seguir ofreciendo el desempeño por el que son tan conocidos y populares tanto dentro como fuera del deporte.
¿Se puede controlar esta presión?
Por supuesto, exigen estrategias que los deportistas pueden hacer para manejar el estrés y la presión y conseguir el mejor rendimiento posible. Los atletas pueden adoptar varias estrategias para manejar la presión y mantener su rendimiento óptimo. La preparación mental, a través de técnicas como la visualización y la meditación, puede ayudar a los deportistas a mantenerse enfocados y tranquilos bajo presión. De hecho, muchos recurren al yoga para ello, ya que se ha demostrado que es sumamente beneficioso para la salud.
Además, contar con un sólido sistema de apoyo en el que haya entrenadores y psicólogos deportivos y familiares puede proporcionar a los deportistas el suficiente respaldo emocional para manejar toda esta presión mucho mejor y enfrentarse a todo el estrés con mayor soltura. Todo granito de arena aporta en este frente, aunque cada vez es más fácil separar la presión de las apuestas para centrarse en rendir.
Cuando el afán de lucro influye en los resultados
La relación entre las apuestas deportivas y la integridad del juego es un tema que ha preocupado a muchos clubes y competiciones. La tentación de manipular resultados para obtener beneficios económicos puede ser fuerte, y ha habido varios casos notorios a lo largo de la historia del deporte.
La manipulación de resultados, o lo que se conoce como “match-fixing”, es algo que ya se ha visto en numerosas ocasiones y que consiste en que los jugadores, entrenadores o árbitros hacen todo lo posible por alterar el resultado de un evento deportivo en favor de una apuesta. Afortunadamente, es una situación que está cada vez más controlada.
Entidades reguladoras, la clave para combatir esta mala práctica
Para mitigar los efectos negativos de las apuestas deportivas en los deportistas, así como la posible alteración de los resultados de eventos deportivos, es crucial implementar regulaciones estrictas y programas de educación. Las ligas deportivas y las organizaciones gubernamentales trabajan ya juntas para crear entornos seguros y justos para todos los deportistas profesionales.
Algo que ha llevado a implantar regulaciones que incluyen medidas para detectar y prevenir fraudes a la vez que protegen tanto la privacidad como el bienestar de los deportistas. Se ha mejorado mucho en los últimos años para conseguir que las apuestas y el deporte puedan seguir conviviendo de forma sana y constructiva.
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