El miércoles por la noche el futbol brasileño vivió un evento histórico al confirmarse el primer descenso en 111 años de historia del club Santos, que vio a Pelé debutar y convertirse en una leyenda del balompié mundial, al caer como local ante Fortaleza por marcador de 1-2.
Si bien el Peixe llegaba con cierto colchón a la última fecha del Brasileirao, la escuadra en la que jugó Neymar no logró poner de su parte y concretó su increíble descenso a la B tras los triunfos de Bahía y de Vasco da Gama.
Una vez que se escuchó el silbatazo final en el estadio Urbano Calderia el infierno se desató. Los aficionados de Santos intentaron invadir la cancha para mostrar su molestia por el resultado y comenzaron a lanzar objetos al terreno de juego, incluidas algunas butacas que fueron arrancadas como parte de los destrozos que provocaron los hinchas del club.
Pero esto solo era la punta de lanza de una noche que pasó de la tristeza deportiva a la tragedia en las calles.
Los fanáticos del Peixe siguieron haciendo desmanes al exterior del estadio y empezaron a enfrentarse a la policía, que trataba de repeler las agresiones y acabar con los disturbios.
Aficionados de Santos desatan el caos tras histórico descenso; quemaron vehículos y vandalizaron negocios
De acuerdo a informes de la prensa local, al menos cuatro autobuses y otro tanto de automóviles fueron incendiados durante los disturbios. Entre los carros que fueron destruidos estaba el del delantero colombiano del Santos, Stiven Mendoza.
Ante el caos provocado por los aficionados, la Policía Militar lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los agresores, quienes se desplazaron a una avenida para continuar lanzando piedras y otros objetos a las fuerzas del orden.
Además, en redes sociales se pudieron observar videos de comercios y propiedades privadas vandalizadas.
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