Era viernes, era yo a mis 23 años y era él la primera persona que me había preguntado sobre cuáles eran mis fantasías más perversas. Tartamudee y me escabullí de la pregunta con lo primero que se me vino a la mente, porque seamos honestos, jamás me había detenido a pensarlas realmente.
Hablar de fantasías no es fácil, o al menos, no es fácil ser sincera. En el manual de Carreño no se menciona nada sobre ser ligeramente asfixiada, lacerada por una fusta, o ser observada mientras cabalgas a un amor fortuito. Definitivamente, eso no está en el capítulo de ‘buenos modales en la mesa’. Hasta ese diciembre de 2019, mis fantasías simplemente aparecían cuando ya estaban ahí. Así fue mi primera doble penetración, el primer oral a mi primo, o aquella tarde bajo la lluvia dorada de mi exnovia. Fantasías que no planifiqué, pero que el destino, los besos y el calor del vino me regalaron, invitándome de vez en cuando a recrearlas en mi mente y ahora a fantasear con repetirlas. Pero entonces, ¿Cuáles eran mis fantasías más perversas?
Comunicar nuestros deseos más oscuros y fantasías más perversas es un terreno resbaladizo. Las fantasías sexuales son una parte intrínseca de nuestra identidad erótica, y compartirlas requiere un nivel de vulnerabilidad que puede resultar intimidante. Nos han enseñado a murmurar deseos en la oscuridad, y a cubrir nuestras verdaderas intenciones con el velo de la moral en turno de la sociedad que nos toque.
Fueron nueve noches y quince orgasmos más tarde, entre sudor y el vaho amargo de su boca pos orgasmo, cuando retomé el tema un poco más segura de mí misma. Expuse 23 fantasías que aún me faltaba explorar y le confesé todas las que ya había marcado como “hecho”. Por primera vez, sentí que realmente me había desnudado, sin filtros ni falsas modestias, más expuesta que un secreto en una red social.
Verbalizar nuestras fantasías no solo fortalece la intimidad, sino que también reduce la ansiedad y mejora la satisfacción sexual. Es un acto de valentía, un desafío a las normas sociales que nos dicen que ciertos pensamientos deben permanecer ocultos. Y no es que hablar de tus más perversas fantasías con alguien que acabas de conocer sea lo más prudente, pero en una relación de pareja, hablar abiertamente de fantasías puede ser el camino hacia una conexión más profunda, permitiendo que ambos se conozcan en su totalidad, sin máscaras ni filtros, compartiendo nuestra completa desnudez. Pero, claro, esto no es tarea fácil; requiere confianza, respeto mutuo y, sobre todo, un entorno libre de juicios. Por eso, comunicarlo no sólo es un ejercicio de honestidad sexual, sino también un testimonio de amor y aceptación incondicional.
Hoy, casi cinco años después de aquella primera vez, ya no me limito a responder preguntas sobre mis fantasías; tomo la iniciativa, explorando y descubriendo deseos ocultos en cada una de mis parejas. Cada amante cuenta una historia, cada historia tiene un hilo de complicidad y perversión.
Por lo pronto, querido lector, te dejo lo que hasta este momento quedó de aquella lista de ayer.
- Juego de roles donde yo sea la ama y la otra persona mi empleado sumiso.
- Probar el sexo tántrico y explorar la conexión espiritual.
- Ser stripper por una noche.
- Tener relaciones en una biblioteca.
- Ser acariciada y masturbada por múltiples personas.
- Tener sexo en un avión.
- Ser completamente sumisa para alguien.
- Hacerlo durante una obra de teatro u ópera.
- Invitar a la cama con mi pareja a un delivery boy.
¿Qué hay de ti? ¿Cuántas de tus fantasías has explorado y cuántas más guardas en el cajón del ropero, esperando el momento perfecto para salir a jugar? Atrévete a explorar tus deseos, a quitarte las máscaras y a vivir sin miedo al juicio. Porque tanto en la fantasía como en la realidad, somos más libres de lo que nos han hecho creer.
¿Alguna vez has querido compartir una fantasía secreta, resolver una duda perversa o simplemente desahogarte sobre tus deseos más profundos? Te invito a escribirme a mi correo [email protected] Juntos podemos explorar y desmitificar el placer sin prejuicios. ¡Espero tus correos con ansias y deseo profundamente que tus orgasmos se multipliquen!
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