157 años es el tiempo que ha pasado desde la Toma de la Ciudad de Puebla en 1867; también conocida como la Batalla del 2 de abril, hito que se considera el inicio del fin de la monarquía de Maximiliano de Habsburgo.
Toma de la Ciudad de Puebla
Dicha batalla tuvo inicio el 9 de marzo de 1867, cuando el Ejército de Oriente Bajo, comandado por el General Porfirio Díaz, empezó a rodear las afueras de Puebla de Zaragoza, amenazando a la ciudad, que en ese tiempo se encontraba protegida por el jefe conservador Manuel María Noriega.
Sin embargo, el enfrentamiento se llevó a cabo en la madrugada del 2 de abril de 1867; cuando Porfirio Díaz envió tres tropas del Ejército de Oriente Bajo al mando de los generales Figueroa y Pinzón, al Convento del Carmen, lugar en donde inició el combate. No obstante, enviarlos al Convenio fue una estrategia exitosa de Porfirio Díaz para que las tropas del segundo imperio se reunieran allí y de esa manera poder atacar la Plaza de la ciudad.
El ataque a la Plaza resultó triunfador, pues al amanecer, Puebla estaba en las manos de los republicanos. La contienda cambió completamente cuando se capturó el armamento imperialista, a dos mil prisioneros y todos los oficiales conservadores fueron fusilados. De igual manera, por parte de los republicanos, resultaron heridos de muerte un jefe, seis oficiales y doscientos cuarenta y seis soldados.
Enfrentamientos posteriores
Con el camino allanado por la batalla del 2 de abril, las fuerzas mexicanas pudieron avanzar a Querétaro y posteriormente a la Ciudad de México.
Bajo el cargo de Mariano Escobedo, es en Querétaro donde fue capturado y fusilado Maximiliano de Habsburgo, el 19 de junio de 1867; dando fin al Segundo Imperio Mexicano surgido en 1863.
El 21 de junio del mismo año, Porfirio Díaz tomó la Ciudad de México sin disparar ni una sola bala.
La batalla del 2 de abril, aunque no es muy reconocida, es de los asaltos más importantes que se realizaron durante la guerra de la intervención francesa. Pues fue el prólogo de la caída del Segundo Imperio Mexicano y fundamental para la recuperación de la república y la historia de México.
Por Estefanía González
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