En América Latina y el Caribe se conocen bien los cambios repentinos de temperatura, esto debido a las experiencias de vivir los fenómenos de “El Niño’ y “La Niña” -patrón climático que es caracterizado por temporadas cálidas, en el primer caso, y un enfriamiento, en el segundo- y en los dos momentos han pasado factura a más de un país en esta parte del continente.
La ONU, a través de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe para la Reducción del Riesgo de Desastres, desde principios de año ha informado que “la región ha asumido el 53% de las pérdidas económicas globales” relacionadas a estos acontecimientos, por los fenómenos El Niño y La Niña.
Está demostrado que el 2022 fue marcado por un fuerte fenómeno de La Niña en países de América, y en algunos casos se alcanzó un 60% superior en lluvias, lo que evidentemente lleva a cualquier país a declarar sus emergencias y esto impacta en la economía en algún momento.
En ese sentido, las condiciones de una intensa sequía o por el fenómeno de La Niña afectan los cultivos, secando ríos e impactado la generación hidroeléctrica, lo que en Veracruz este 2023, en su primer semestre, ya nos lo está cobrando en más de uno de los sectores de la producción.
La temporada intensa de calor que se ha vivido en las recientes semanas, ahora prevén lluvias torrenciales en el país, e intensas en Veracruz. Y con ello, el riesgo de inundaciones y el aumento en los niveles de ríos y arroyos que ya sabemos que en nuestra entidad incrementan su caudal de manera rápida, pero pasando a lo veloz, y sin descontar que somos por ubicación natural un gran colector pluvial al Golfo de México.
Grande es la proporción de daños humanos, materiales y económicos que han causado las afectaciones y catástrofes, en al menos los últimos 25 años, relacionados con el agua y el clima cálido.
En Veracruz la historia nos refiere que entre los meses de abril y noviembre -información que confirma la Comisión Nacional del Agua- entre el calor, las lluvias y precipitaciones, ciclones, huracanes y frentes fríos destacan en el origen de los daños que por supuesto alteran cualquier presupuesto y programación financiera en las instituciones de gobierno.
En síntesis, estando más caliente el clima se presenta el fenómeno de El Niño, y cuando está más frío de lo normal, La Niña, pero en las dos situaciones revisten la necesidad de alterar los presupuestos públicos, lo que ahora lleva a que se consideren “a tiempo” para enfrentar “tiempos difíciles,” estimando recursos al respecto.
Un café con doble carga
En el país, Veracruz está ubicado entre los estados del sur que más se ven afectados por las lluvias, pero también cuando hay calores extremos que se suscitan se suda la gota gorda.
De sobremesa
Los ciclones tropicales en sus categorías de depresión tropical, tormenta tropical y huracán (ciclones intensos) y sin descontar frentes fríos, ponen a Veracruz en alerta siempre, de ahí la necesidad de prepararse en todos sentidos.
Un café lechero light divorciado
Este año las altas temperaturas -fenómeno de El Niño -afectaron en la escasez de agua y apagones en el servicio de energía eléctrica en muchos sitios del estado. Y en igual proporción – La Niña -en el resto del año, supone quedarse a oscuras ante las tormentas y lluvias que se han pronosticado.
Un café para llevar
Todos esperamos y deseamos que en nuestro estado, los efectos de El Niño y La Niña no traigan daños humanos, aunque los materiales a veces resultan inevitables por las inundaciones y lo que eso ocasiona en términos de destrucciones, y algunas veces hasta en zonas que en cierta manera están acostumbradas a convivir con los fenómenos tropicales.
Un café con canela y panela
La Ley en materia de Protección Civil exige que los municipios del estado deben contar con el Atlas de Riesgos -actualizado-, y recientemente se mencionó en diversos medios que de los 212 ayuntamientos veracruzanos sólo alrededor de 40 están en regla.
Un café negro y veracruzano
La existencia y vigencia del Atlas de Riesgo por los ayuntamientos, se enlazan con otras áreas municipales como Desarrollo Urbano, Tesorería, Obras Públicas -al menos-, en términos de la autorización procedente o no, en todo tipo de construcciones, remodelaciones, adaptaciones, obras de infraestructura y lo que tenga que ver con los asentamientos humanos.
Por José Luis Enríquez Ambell
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