Este 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería en honor de Florence Nightingale, enfermera formada en Inglaterra a la que se le atribuye la creación de la Enfermería Profesional.
Para Belén Valdez Alemán, que trabaja en el área de oncología infantil en la Torre Pediátrica de Veracruz desde hace varios años, el trabajo de enfermera la ha llevado a crear vínculos con sus pacientes y sus familias
Ya que su labor no se trata únicamente de aplicar un tratamiento, en sus cuidados hay empatía y amor por lo que hace.
“Siempre se ha dicho que enfermería es el corazón del hospital, estás ahí no solamente para curar una enfermedad enfermería vive más de cerca con el paciente todo su proceso enfermería ve más allá de una enfermedad, enfermería siempre trata al paciente en todos los ámbitos, enfermería siempre se enfoca también mucho la parte psicológica el acompañamiento y no solamente es ir y aplicar un tratamiento que está indicado, sino ir y acompañar al paciente es saber su historia conocer su caso conocer a su familia conocer cómo era su vida antes de entrar a un hospital lo que hacía sus amigos”, comentó la enfermera.
“Toda esa parte que ve más allá de ir solamente a aplicar un tratamiento o solamente se enfoca en curar, se enfoca también en todo su aspecto psicológico y de acompañamiento al paciente eso es lo que realmente hace diferente enfermería de otras áreas de la salud”.
Durante su experiencia como enfermera Belén a vivido muchas historias que la han dejado marcada, ya que al trabajar durante 4 años en el área oncológica con niños le ha permitido conocer historias de triunfo al ver a un pequeño tocar la campana, en muchas otras le ha tocado despedirse de pacientes que ha visto crecer, “si estar en un hospital es complicado, estar en un área oncológica es peor”.
Al hablar de sus pacientes, Belén recuerda con mucho cariño a un pequeño que pasó la mitad de su vida en el área oncológica y cuya única esperanza era un transplante, por lo que al embarazarse su mamá fue esperanzador.
Sin embargo, el bebé no se logró y solo quedó enviarlo a su casa con su familia con cuidados paliativos y vivir sus últimos días feliz con ellos y aunque considera injusto lo que pasó, tuvo la oportunidad de despedirse de él y acompañar a su mamá.
“Realmente en oncología sí conoces historias de todos los niños, tenía un niño que conocí desde que tenía 3 años él estuvo en tratamiento oncológico terminó su tratamiento oncológico estuvo 3 años sin tratamiento salió tocó campana se fue dos años del hospital estuvo haciendo su vida normal y de ahí regresó porque tuvo recaída porque de nuevo apareció el cáncer regresó a tratamiento pero ya no le funcionó casi todo el tiempo se la pasaba hospitalizado por infecciones por quimios por complicaciones él era un niño que todo el mundo conocía porque era demasiado alegre ese niño lo veía si no había día que no te dijera algo que te morías de risa (…) no había día que no me estuviera gritando para que fuera a verlo a su cama y enseñarme sus videos con sus animalitos de su casa, estaba en una situación muy difícil y él estaba consciente es que su tratamiento no estaba funcionando un niño que tenía 10 años y que pidió la mitad de su vida en un área hospitalaria y sin embargo nunca estuvo triste (…) realmente también vivió esos días demasiado bien los disfrutó realmente lo de eso ya muy complicado al hospital y bueno me pude despedir de él”.
Belén señaló que otra de las experiencias más fuertes que ha tenido dentro de el hospital fue durante la pandemia por covid-19 en el área de confinamiento donde se trataba a los pacientes que habían adquirido este virus.
Durante esa época le tocó cubrir turnos de hasta 12 horas sin beber agua o probar alimento y únicamente poder regresar a su casa a descansar para volver al hospital, ya que la convicción de apoyar a sus compañeros era más fuerte pues sabía lo que estaban pasando para poder cuidar a los pacientes de manera adecuada.
“Ahí se te morían personas por lo menos en mi área que eran más crítica se me morían cinco o seis personas por turno y la forma en la que fallecían era bastante fea, entonces el hecho de pensar que podría ser algún familiar tuyo también era complicado (…) yo estaba en ese momento en el área quirúrgica el quirófano se cerró y nos mandaron al área de covid como personal de salud sí fue bien complicado porque el tratamiento que se daba básicamente era todo desconocido, el miedo el miedo a que podías contagiar a tu familia la gente yo recuerdo que mandaba a lavar mis uniformes y no los querían lavar porque tenían miedo, luego en las áreas de covid era entrar solo podíamos comer algo muy poquito porque entrabas 8 o 10 horas al área de covid sin poder ir al baño, sin poder tomar agua, sin poder comer el calor era insoportable los trajes que usábamos son demasiados calurosos entonces sudabas, te deshidratadas físicamente fue horrible pero realmente a mí lo que me sorprendió porque en un hospital que siempre trabajamos en equipo pero en el área de enfermería siempre hay conflictos como en todos los trabajos pero en la época de covid creo que nunca había tanto personal unido, no solamente era trabajo era ir y realmente ir por convicción de ayudar”.
Pese a todo el trabajo, esfuerzo y preparación del personal de enfermería, el área aún no recibe el reconocimiento que se merece, ya que sus salarios aún son muy desiguales al de médicos o especialistas, ya que antes eran catalogadas como “auxiliares”, y actualmente son personal con licenciaturas y maestrías, cuya preparación es constante y costosa, por lo que merecen ser reconocidas de igual manera que sus compañeros con los que forman equipo día a día.
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