Creo que debemos agradecer cuando llega una película de terror de otra parte que no sea EU, pero también ocurre un problema, con un título como este, con el que fue bautizada en Latinoamérica y que ya se ha ocupado en varias ocasiones, uno se va con la idea de que experimentaremos una historia tradicional en la que un grupo de jóvenes serán sometidos a situaciones extremadamente intensas, lo que nos llevará a algo visual muy agresivo, y ese no es el caso aquí, porque ofrece algo que en sí no es malo, sino que es muy distinto a lo que esperábamos.
“Cabaña Sangrienta” nos lleva a algo muy cliché, un grupo de adolescentes que planea realizar una gran fiesta al terminar la ceremonia de graduación de su preparatoria. Nos enfocaremos principalmente en Marius, quien no es el más popular y es quien encuentra una casa para realizar la fiesta, tratando de impresionar a la chica de sus sueños y a sus compañeros, ya que el lugar planeado resultó ser una estafa. Al llegar el gran día, todos se reúnen en la cabaña listos para festejar intensamente y, dejándose llevar por la euforia destruyen unas extrañas estatuas de madera que encuentran en la zona sin saber que han desatado la furia de un hombre enmascarado que empieza a masacrar a todos los que encuentra a su paso.
Esta película, que llega desde Lituania, solo podrá resultar atractiva si se mira como una buena oportunidad de conocer la perspectiva del terror de otros países, porque en realidad no se trata como tal de este género, sino de la oscuridad que habita dentro de los seres humanos y ese desorden mental que los lleva a cometer situaciones fuertes, y es que independientemente de que existe un villano enmascarado y la historia de fondo funciona, el horror como tal aparece en algunas escenas violentas, pero va más enfocado a las vivencias de un joven extraño y antisocial que no lleva una buena relación con su familia, quienes prácticamente lo ignoran por no ser popular, y que pasa desapercibido para sus compañeros del colegio, quienes siempre le reprochan su forma de ser.
No es una película que recomendaría, ya que su música de fondo terrible y que pretende respirar un aire a la “Viernes 13” original, le hace restar atractivo, pero de ella puedo destacar el concepto de esa oscuridad que se puede manifestar desde ese sentimiento de ser en realidad una mala persona con una máscara pacífica.