Muchas veces, la falta de atención de los padres hacia los hijos, no permite ver los problemas por los que estos están pasando y de la soledad que sienten; pero si a eso sumamos cuando de naturaleza existe maldad, las consecuencias serán terribles y no quedará espacio para la dulzura, por el contrario, la crueldad y maldad serán parte de las actividades que realicen sin ser observados.
Eso es algo que queda en claro en la cinta de drama y suspenso Noruega “Juegos Inocentes”, donde cuatro niños se hacen amigos durante las vacaciones de verano y, fuera de la vista de los adultos, descubren que tienen misteriosos poderes. Pero lo que comienza siendo un juego inocente en los bosques y parques infantiles, pronto se convierte en algo oscuro y aterrador cuando comienzan a suceder cosas sobrenaturales.
Escrita y dirigida por Eskil Vogt, resulta ser una propuesta visual muy atractiva, en especial por la calidad y el cuidado que tienen en la interpretación de los pequeños actores y el juego de tomas que generan tensión en el espectador junto a su musicalización, pero sin duda son las escenas de venganza las que toman por sorpresa por el grado de crueldad que reflejan, donde no escatiman en el dolor ajeno hacia animales inocentes y humanos que han hecho algún mal pero que tampoco merecen el dolor del que son parte.
Aquí encontramos a dos hermanas, una 11 y 9 años respectivamente, se mudan, con sus padres, a un gran complejo de apartamentos, situado en las afueras de una importante ciudad noruega, en medio de un brillante verano nórdico. Aburridas y prácticamente solas, la mayor de ellas padeciendo una extraña enfermedad, y dado que la mayoría de las familias del complejo salieron a sus casas de vacaciones, las hermanas empiezan a explorar su nuevo hogar, su nuevo mundo, uno que luce tremendamente aburrido y apático, hasta que encuentran a otros niños que viven y crecen en circunstancias similares. Al empezar a frecuentar con los niños, con cada salida y aventura, empiezan a ser testigos de situaciones extrañas que de inicio les causa novedad, donde se les otorgan extraños poderes sobrenaturales que parecen nacer de su imaginación, mismos que se manifiestan, gradualmente, como un peligro muy real para sus padres y los adultos que viven en el área, porque ahí habita el mal y lo más doloroso es ver que viene de un niño que no da espacio para sentir remordimiento.