Con el Miércoles de Ceniza, la iglesia católica iniciará el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
El padre Aurelio Mojica Limón, vocero de la Diócesis de Veracruz, dijo que en este tiempo los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión personal, durante la imposición de las cenizas, donde el sacerdote dice “Eres polvo y en polvo te convertirás”,
Por ello, el próximo miércoles 14 de febrero, se estarán celebrando las misas ordinarias que serán a las 8:00 de la mañana, 12:00 del mediodía y 7:00 de la noche.
Explicó que la ceniza se estará imponiendo cada hora, según se vayan juntando los fieles católicos.
“Se estará imponiendo la ceniza, según se vaya juntando la gente, los fieles, cada hora si hay un número considerable se les irá facilitando la ceniza, aunque sabemos que por la tarde-noche es cuando más asiste la gente”, comentó.
Mientras que los viernes a las 6:00 de la tarde, se rezará el viacrucis, preparándose para la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo.
Recordó que, con el Miércoles de Ceniza, inicia la preparación para la Semana Santa, y hay 2 prácticas fundamentales, que es la oración, las obras de caridad y el ayuno
“Si hay el ayuno de comida de comida propiamente y es fortalecernos en la voluntad, someter a las pasiones, porque el que es capaz de controlar por la voluntad, ceder, privarse de algunas cosas, pues se va a fortalecer y ser capaz de renunciar a ciertos vicios, a ciertas cosas que en un momento dado, la voluntad siempre tiene que estar por encima de los apetitos, entonces el ayunar de comida es un poco despertar ese apetito de lo espiritual, darnos cuenta de que no solamente somos materia, que está Dios y que debemos despertar ese apetito y ese hambre por Dios y que debemos precisamente prepararnos a través de ese ayuno”, comentó.
Además de privarnos de otras cosas como la tecnología, la televisión, el café, etc, pero con la finalidad de hacer el bien.
“Puede aprovecharse pensando que a lo mejor ese tiempo que me dedico a la tecnología, es tiempo que habría podido dedicarle a la familia o algunas actividades más constructivas de bien para nuestro crecimiento humano y espiritual y luego estamos perdiendo el tiempo en cosas que no nos construyen, no nos hacen mejores personas, ese es el tipo de ayuda que también debemos considerar”, concluyó.
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