Las mujeres y hombres que forman parte de las búsquedas de personas desaparecidas tienen diversos impactos ocasionados por su labor como defensores de derechos humanos que atraviesan múltiples partes de su vida, señala el informe Diagnóstico sobre seguridad para colectivos de familias de personas desaparecidas en México elaborado por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México.
Señala que estas búsquedas son realizadas principalmente por mujeres aunque también incluye a algunos hombres. Todos se han convertido en defensores y defensoras de derechos humanos, lo que trae consigo consecuencias a su salud mental, física, vida cotidiana, bienestar económico y seguridad.
“Los impactos psicosociales se refieren al conjunto de tensiones, pérdidas, daños y cambios que sufren las personas, organizaciones y sociedad como resultado de la violencia65, la desaparición de sus seres queridos, las agresiones sufridas durante las acciones de búsqueda y demandas de justicia”, indica el documento.
“Las mujeres buscadoras mencionaron como afectaciones los divorcios que han enfrentado a causa de su labor de defensa de derechos humanos, que por lo regular era mal vista por sus parejas, quienes las señalan de no cumplir con su rol socialmente asignado como madres y/o esposas”, señala el informe.
Indica que además las personas buscadoras se aíslan de sus familias por no poder llevar una convivencia cotidiana e inclusive el miedo a sufrir represiones.
Además, señala como otra de las afectaciones la salud mental dañada por síndrome de estrés postraumático, depresión o ansiedad que ha llevado a algunas a ideaciones o intentos suicidas.
Sumado a las repercusiones en salud mental se encuentran las físicas debido a la constante situación de estrés a las que se encuentran sometidas y que se agrava con los ataques de los que son víctimas.
Mujeres y hombres que forman parte de las búsquedas de personas desaparecidas tienen impactos por su labor
“Derivados de la exposición constante a situaciones de estrés, los colectivos refieren la recurrencia de las siguientes afecciones físicas. Problemas digestivos como úlceras gástricas, gastritis, colitis y síndrome de intestino irritable; enfermedades cardiovasculares como hipertensión e insuficiencia cardiaca; trastornos del sueño; problemas en la piel como soriasis y eczema; migrañas constantes”, indica el documento.
Estas enfermedades también se complican porque son las propias familias las que hacen las búsquedas en campo y muchas veces en fosas clandestinas exponiéndoles a restos humanos sin el equipamiento correcto lo que trae consigo infecciones respiratorias o de la piel.
El documento también comenta que las familias muchas veces pierden el empleo debido a sus labores de búsqueda o porque deben desplazarse debido a las amenazas, lo que implica un impacto en su economía.
“Otro motivo que impacta en su economía es el pago de gastos médicos para atender las afectaciones a la salud física y emocional derivadas de agresiones o la situación de riesgo”, afirma.
Otro aspecto a considerar en el caso de las buscadores y buscadores que resalta el informe son los riesgos a su seguridad e integridad, pues en el país múltiples personas han sido asesinadas o atacadas debido a las labores de búsqueda.
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