La película que pensamos que jamás se haría, ha llegado a las carteleras de cine como un potente trancazo de irreverencia, groserías, extrema violencia, una lluvia de cameos, amor perruno y un bombardeo de batallas y comedia que por más de dos horas experimentarás en la sala de cine gracias a la increíble química que existe entre Ryan Raynolds y Hugh Jackman, quienes vienen de la mano de una lluvia de efectos especiales, tracks musicales alucinantes y un homenaje dirigido a todos aquellos que desean ser relevantes en la vida y a los personajes rechazados y olvidados por las productoras que formaron parte de las diversas franquicias de héroes y que exigen un final adecuado después de que el mundo los ha olvidado.
Por mucho “Deadpool & Wolverine” es la mejor película de la temporada, ya que este par de personajes harán de las suyas en la misión especial de tratar de impedir la desaparición de los mundos a los que pertenecen, y es que centrándonos en Wade Wilson, quien vive una vida tranquila, habiendo dejado atrás su época como el mercenario bocón Deadpool, tendrá que volver a las andadas, ya que la organización burocrática TVA lo lleva a una nueva misión a base de engaños; con su universo y sus seres queridos involucrados en una amenaza existencial, Wilson se une a regañadientes al legendario Logan, es decir Wolverine, quien se encuentra aún más a la defensiva de ayudarlo, es así como buscará a la mejor versión de este personaje de los X-Men para ambos embarcarse en una misión que cambiará la historia del universo cinematográfico de Marvel, y claro, con una enorme cantidad de críticas hacia 20th Century Fox, y el deseo del protagonista de formar parte de los populares Avengers.
El personaje que todo lo convierte en un chiste está de vuelta y lo mejor es que nos regala una secuencia inicial llena de violencia y bailando un clásico del 2000 como “Bye Bye Bye” de N’Sync, a lo que se sumarán grandes temas de la mano de Avril Lavigne, Madonna y Vaselina, para acompañar las escenas de acción bien logradas y que cumplen con ser del agrado del fandom, esto en una narrativa enfocada en salvar a toda la sagrada línea del tiempo para no perder a todos sus seres queridos, presentándonos así una lluvia de cameos que van desde Henry Cavill, Chris Evans de la manera en que jamás pensamos volverlo a ver (como la Antorcha Humana de la fallida “Los 4 fantásticos); la mismísima Jennifer Garner como Elektra, Wesley Snipes como Blade, Channing Tatum como el Gambito que nunca fue, y el aro de luz del Doctor Strange.
Con demasiadas referencias sexuales, tanto verbales como visuales, un idioma tropicalizado mexicano, el regreso de X23 que volverá a tener un acercamiento con un Woolverine enojado, borracho y malo, ya que Marvel lo mató y Disney lo revivió; las famosas secuencias de cámara lenta en el arribo grupal de los personajes y las batallas, además de todo un ejército de Deadpools que viven en el vacío, donde tienen también a un Peter a su lado, sin dejar de mencionar a la enormemente encantadora Dogpool, la adrenalina está garantizada con el fin de destruir la máquina del destripatiempo que la villana Cassandra Nova (Emma Corrin) busca utilizar para generar el mal, encaminándonos hacia un final sumamente hilarante junto a los créditos en donde se nos presenta el detrás de cámaras de antaño de cada una de las películas que hemos visto en el pasado a las que hace referencia la película y la popular escena post-créditos que sin duda cierra con humor esta experiencia que volvió a atraer una buena cantidad de público que no dejó de reírse y sorprenderse dentro de la sala de cine.