¿De dónde nació mi interés por ver esta película? Primero por ser de terror, segundo por incluir a un payaso tétrico, y tercero, porque si bien esta cinta de corte independiente es de 2016, ha sido tanta su fama que ya cuenta con una segunda parte estrenada este año y está generando críticas intensas debido a la fuerte dosis de violencia que proyecta; “Terrifier” es la ideal para los amantes de lo gore y la crueldad sin medida, por lo que estómagos débiles deben abstenerse de verla porque es perturbadora y enfermiza.
De camino a casa de fiesta, Tara (Jenna Kanell) y Dawn (Catherine Corcoran) se cruzan con un misterioso payaso en la noche de Halloween. Lo que comienza como un encuentro aparentemente inocente pronto da un giro a lo peor, ya que las juguetonas payasadas del payaso se convierten en el preludio de algo mucho más aterrador: el desconocido es un loco sádico llamado Art the Clown que asesina a todos los que se encuentran en su camino. A medida que las mujeres se refugian en un almacén abandonado, aparece un juego espantoso del gato y el ratón, convirtiéndose en el último blanco del maníaco. ¿Quién saldrá vivo y qué quedará de ellos?
Pocas con las cintas de terror actual que generan suspenso intenso, y eso es algo que aquí sí podemos encontrar desde los primeros minutos hasta el final; la violenta está retratada de una manera tan explícita que no todo el público podrá aguantar las escenas; si bien las actuaciones no son las mejores (pareciera que es intencional el desenfado en ellas), el lugar de honor al final de cuentas se lo lleva el payaso, su caracterización que impone, lo desagradable que resulta y ese grado de maldad que habita en él, lo que le llevó a tener su propio slasher, ya que con anterioridad, por ahí de 2011, apareció en otra cinta pero con una presencia mínima.
Muy al estilo de los 80’s, la cinta opta por no utilizar efectos especiales y realizar todo de forma artesanal; encontrarnos sangre por doquier en sus escenas realmente fuertes y violentas, y el payaso, interpretado por un demente David Howard Thornton, es perfecto con sus gestos faciales y mímica (ya que no habla), todo en una atmósfera muy perturbadora, sádica y cruel, que con su bajo presupuesto, nunca te defrauda.