Toda acción que se opone a las leyes de la naturaleza invoca automáticamente una reacción negativa, y ningún buen abogado le ayudará en este tema.
Conforme a lo que dijimos anteriormente, la sabiduría de la Cabalá nos enseña a reconocer la ley de la naturaleza universal, la ley de otorgamiento y amor, de la que se desprenden todas las leyes de la naturaleza de nuestro mundo.
La ley de la naturaleza universal, la ley de otorgamiento y amor, se denomina en la sabiduría de la Cabalá “Dios”. La obediencia a la ley de amor y otorgamiento se denomina en la sabiduría de la Cabalá “cumplimiento de Mitzvá” (Mitzvá/Mitzvot, del heb: decreto/precepto). El trabajo de cumplir la ley de otorgamiento, se llama, como mencionamos antes, trabajo del Creador.
Baal HaSulam escribió en el artículo “La Paz”:” Por lo tanto, nos conviene llegar a un acuerdo y aceptar lo que dijeron los cabalistas, que el término “la naturaleza,” numéricamente, equivale al nombre “Dios”, es decir, el número compuesto de las letras hebreas Pey y Vav (en Gematría – (valor numérico de las letras hebreas ) equivalen al número 86 al igual que “Elohim” (Dios), y entonces, las leyes del Creador se podrán llamar con el nombre de “preceptos de la naturaleza”, o viceversa, porque es lo mismo”.
Tanto la ciencia, como la sabiduría de la Cabalá, hablan de un mundo regido por leyes que estamos obligados a cumplir. La diferencia es, que de acuerdo a la ciencia, debemos cumplir las leyes de la naturaleza por esencialidad, no con un propósito específico, y conforme a la sabiduría de la Cabalá, debemos cumplir las leyes de la naturaleza para el propósito determinado de implementar el Plan de la Creación.
De cualquier manera, resulta conveniente conocer las leyes por las que nos regimos, porque cuando actuamos en contra de la ley, somos castigados. Nosotros conocemos bien las leyes que actúan en la naturaleza que nos rodea. Sabemos cómo vivir de acuerdo a ellas, e incluso cómo aprovecharlas para nuestras necesidades.
La cuestión es, que al igual que la naturaleza que nos rodea, las relaciones entre nosotros, entre las personas en nuestro mundo, están también ordenadas de acuerdo a leyes estrictas. El problema es que no somos conscientes de ello.
En el artículo “La Paz”, Baal HaSulam señala tres leyes fundamentales que conforme a ellas está ordenada la sociedad humana. Las describiremos resumidamente:
Ley N° 1: El individuo debe vivir en sociedad.
En cada especie de la naturaleza existe una estructura social que la caracteriza: hay seres que viven de forma particular, aislada, hay otros que viven en pareja y están los que viven en un enorme enjambre compuesto por millones de unidades. También los seres humanos poseen una estructura social natural, que es la forma comunitaria.
Los hombres están obligados a vivir juntos conforme a la ley de la naturaleza.
Nosotros siempre aspiramos a mejorar nuestra situación económica, nuestro estado de seguridad y nuestra situación social y vivir en alegría y felicidad dentro de lo posible. Todo esto es factible solo cuando varias personas viven juntas en colaboración.
Si un individuo elige vivir solo, entonces, él mismo se condena a una vida de pobreza, trabajo duro y aburrimiento. Ese es el castigo por desobedecer la ley que obliga al individuo a vivir una vida social.
Leyes N° 2 y 3: Dentro de la vida social, estamos obligados a cumplir otras dos leyes de la naturaleza: recepción y otorgamiento.
La ley de recepción, compromete a cada uno a preocuparse de su prosperidad y bienestar personal
La ley de otorgamiento, compromete a preocuparse de la prosperidad y el bienestar de la sociedad (esa ley es denominada “ley de otorgamiento”).
FIN
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