– Elección del Entorno
Es esta lección estudiaremos sobre: los factores que forman nuestra evolución
/ La importancia del entorno en la evolución espiritual de la persona / Cómo elegimos el entorno adecuado para el desarrollo espiritual / Qué significa “libertad del Ángel de la muerte”
Cuatro Factores
Después de aprender que el libre albedrío se encuentra en la forma en que participamos en el proceso de nuestra evolución – con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez – llegó el momento de precisar aún más la descripción del punto de elección, y explicar cómo aceleramos la evolución de hecho y la convertimos en una aventura.
Para describir con mayor precisión dónde se halla el punto del libre albedrío, nos detendremos en principio sobre cuatro factores que rigen la evolución de todas las criaturas, según los describe Baal HaSulam en el artículo “La Libertad”. El modelo de desarrollo presentado arriba, es válido para todas las formas de existencia en la realidad: inanimada, vegetal, animal y humana. Familiarizarnos con estos cuatro factores, nos facilitará comprender en qué exactamente tenemos libre albedrío.
Primer factor – Plataforma. En nuestro mundo no existe nada que haya sido creado de la nada. Nuestro mundo es el mundo de los resultados (mientras que el mundo espiritual, es el mundo de las causas), y por esta razón, cada cosa en nuestro mundo se forma a partir de otra. El hielo se forma a partir de moléculas de agua, el vegetal a partir de la semilla y nosotros,
La formación de una cosa a partir de otra es, en realidad, el proceso en el cual una sustancia se despoja de su forma anterior y recibe una nueva forma.
Así por ejemplo, las moléculas de agua (la esencia) se convierten de líquido (agua) a sólido (hielo). La esencia que pierde su forma anterior y se reviste de una nueva forma, es semejante a una unidad de información, que contiene en su interior toda la información de las futuras etapas de evolución del ser creado, que se desarrolla a partir de ella hasta su estado final.
Por ejemplo, la semilla del tomate, contiene en su interior toda la información sobre la planta y el fruto que se desarrollarán a partir de ella. Este fundamento, que se encuentra en la base de todo proceso de desarrollo, y lo define, se denomina “plataforma”
Nuestra plataforma como seres humanos, es la carga genética que recibimos de nuestros padres, abuelos y bisabuelos. El “paquete”, que adquirimos como regalo de nuestros padres, define no sólo nuestra forma exterior, sino también la estructura de nuestra personalidad. Todas las ideas, pensamientos, opiniones y conocimientos que recibieron nuestros padres, pierden sus formas anteriores, y aparecen en nosotros como potencial que espera su realización, como tendencias interiores que con el tiempo, se convertirán, también ellas, en la percepción de nuestra vida.
Segundo factor – Atributos invariables. Cada plataforma, es, en realidad, un compendio de atributos determinados, destinados a salir a la práctica. Parte de estos atributos son imposibles de cambiar; su programa de evolución, está predeterminado, y define precisamente la forma que adquirirán en el futuro. Por ejemplo, la semilla de trigo, crecerá y se convertirá inevitablemente en trigo, jamás en avena. Y el feto de una jirafa, se convertirá en jirafa y no en león.
Así como lo inanimado, vegetal y animado, también las inclinaciones interiores que recibimos como herencia de nuestros padres se desarrollarán necesariamente en una percepción de vida compatible, y no en dirección diferente.
Por ejemplo, una persona que nace con tendencia a escribir música, no evolucionará, en virtud de esta tendencia, a ser político. Puede ser, que cuando crezca sea finalmente músico, o puede ser que no, puede ser un músico exitoso, o tal vez no, pero una cosa es clara, su vocación por la música no lo empujará a la carrera política.
El desarrollo de un atributo determinado en nuestra forma de vida, depende principalmente del entorno en que la persona crece y evoluciona. Similar a una semilla de trigo que fue plantada en la tierra: es claro que de ella sólo crecerá trigo, pero la calidad y cantidad del trigo, depende necesariamente del entorno en que se desarrolla, es decir, de la calidad del suelo. Lo mismo sucede con el hombre. Las tendencias con las que nacemos, se desarrollarán en una sola dirección. Una inclinación al conformismo, por ejemplo, desarrollará en el individuo una percepción de vida moderada y tolerante, pero su desarrollo, depende directamente del entorno en el que crecemos y nos educamos.
Y esta dependencia, nos conduce directamente al tercer factor.
Tercer factor – Atributos variables. Así como en toda plataforma existen atributos cuyo programa evolutivo está determinado de antemano y no es posible modificar, así en toda plataforma existen también atributos cuyo programa evolutivo no está predeterminado, y pueden cambiar en el transcurso de su evolución, como consecuencia de la influencia del entorno sobre ellos.
Por ejemplo, la altura o calidad del trigo que crece a partir de la semilla, puede variar de acuerdo al entorno en el que crece la planta, es decir, según la calidad del suelo, la cantidad de agua, la luz del sol, etc.
Como hemos dicho, también las inclinaciones internas que recibimos como herencia de nuestros padres, pueden desarrollarse de diferentes formas o no desarrollarse en absoluto, como resultado de la influencia del medio sobre ellas. Por ejemplo, si una persona determinada nace con tendencia a la avaricia, el entorno en el que crece, puede desarrollar en ella diferentes tipos de avaricia y modelarla como una persona más o menos avara.
Pero uno es más capaz que eso. A diferencia de cualquier otra criatura, el hombre puede también erradicar completamente una inclinación determinada. Por ejemplo, esta persona que nació con tendencia a la avaricia, puede erradicarla, con la condición de que la sociedad en la que crece le proporcione suficiente seguridad para su existencia, y no aprecie la avaricia como característica positiva.
Cuarto Factor – Factores externos. Otro factor que determina el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser, es la influencia de factores externos en el desarrollo de la plataforma.
Cada plataforma se desarrolla en un entorno determinado que influye directamente en su desarrollo. Así aprendimos al enumerar los factores anteriores. Pero el entorno inmediato de la plataforma en desarrollo, se encuentra también dentro de un entorno más amplio que influye sobre él, y como consecuencia, también en el desarrollo de la plataforma misma. Así, por ejemplo, el cambio climático como resultado del calentamiento global, puede dañar el desarrollo correcto de la semilla de trigo.
También nosotros, los seres humanos, estamos expuestos desde luego a la influencia de nuestro entorno inmediato, que a su vez, también está expuesto a un entorno más amplio, que influye de modo indirecto en nuestro desarrollo.
Por ejemplo, la situación económica mundial o las diferentes modalidades de costumbre en el público, pueden influir sobre el desarrollo de las tendencias que recibimos como herencia de nuestros padres. La inclinación a la avaricia, que trajimos como ejemplo, puede pronunciarse en tiempos de crisis económica.
Estos son los cuatro factores que determinan el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser. Con respecto al primer factor, la plataforma, no tenemos elección alguna. Nuestra plataforma está grabada en nosotros aún antes de nacer, y nadie nos pregunta si estamos de acuerdo. En los otros tres factores, que se resumen todos en la elección del entorno adecuado para el desarrollo, tenemos libre albedrío. Podemos elegir el entorno apropiado para nuestro desarrollo, y convertirlo en una aventura apasionante en lugar de un camino de sufrimientos.
¿Cómo elegimos exactamente el entorno, y en qué condiciones? Sobre eso tratan las siguientes partes de la lección.
El Camino Hacia el Placer
Ocurrió en horas tempranas de la noche, cuando la oscuridad comenzaba a descender sobre la costa oriental de Estados Unidos. Esos fueron los años dorados de la radio, fin de los años ’30 del Siglo XX. Las voces que se escuchaban esa tarde de las emisiones de la estación de radio de la CBS, sonaban al principio como otro soñoliento noticiero, transmitido según las reglas de ceremonia, con una voz un poco más dramática de lo necesario. Aparentemente, esa noche era como todas las demás, pero a medida que el locutor continuaba con su informe, el miedo y la alarma se propagaban por todo Estados Unidos, y una noche aparentemente cándida, se convertía en uno de los acontecimientos más importantes de la historia del pueblo americano.
¿Qué sucedió esa noche? La estación de radio CBS emitía el montaje de una serie radial sobre una invasión particularmente violenta de extraterrestres provenientes de Marte. El radioteatro, fue transmitido como una serie de flashes informativos, que se escuchaban tan creíbles, que la audiencia se convenció de su autenticidad.
El resultado fue el de una alarma masiva. Muchos ciudadanos fueron presa del terror por los inesperados invasores y comenzaron a huir de sus hogares. Las mujeres se desmayaban al oír las noticias. En muchas ciudades, los residentes salían a las calles pidiendo ayuda desesperadamente. En Nueva York, corría el rumor de que los extraterrestres están por atacar la ciudad con gases, y toda la ciudad estaba atacada de pánico. No pasó una hora, y la historia se propagó como un reguero de pólvora por todo el continente. Aun cuando la radio anunció (de acuerdo al guion escrito de antemano) que los extraterrestres habían sido exterminados por gérmenes, no se calmó la conmoción. Sólo después de varias horas, al aclararse que las noticias eran ficticias, la vida volvió gradualmente a la normalidad.
Las noticias fraguadas, transmitidas por Orson Welles como parte de una obra radiofónica basada en “La Guerra de los Mundos”, es presentada hasta hoy como ejemplo del poder de los medios de comunicación masiva y la contagiosa influencia del entorno sobre la persona.
Si el medio en el que vivimos difunde pánico, sin alternativa alguna, también nosotros seremos víctimas del pánico. Y por el contrario, si el entorno creara un ambiente de alegría, estaríamos “sentenciados” a estar alegres.
Hemos ampliado mucho en esta parte de la unidad de estudio sobre el poder del entorno, sobre la manera en que el entorno influye de modo decisivo en el desarrollo espiritual del humano. En realidad, nuestro libre albedrío se halla en la elección del entorno.
Sólo por medio de él podremos cambiar el proceso evolutivo en el que nos encontramos, de un largo camino de sufrimientos a otro desafiante y placentero. Todo lo demás está predestinado, y no hay lugar para el libre albedrío. Así estudiamos en las clases anteriores.
Mientras no se despierte en el individuo el punto en el corazón, este será manejado hasta el nivel del átomo por el deseo de recibir, y no es consciente de ello; persigue placeres que el entorno define como valiosos. Sólo después que se despierta en él, el punto en el corazón, este comienza a desarrollar en su interior el deseo de conectarse con el Creador, se le abre una brecha para comenzar a trabajar en la implementación del libre albedrío. Con el despertar del punto en el corazón, se le revela un espacio vacío que no tiene la capacidad de llenar.
Todos los placeres que el deseo de recibir ha perseguido hasta el momento, ya no le son suficientes. Busca algo más allá de eso. ¿Qué precisamente? Todavía no le es claro. Aunque la sensación de vacío que se le revela con el punto en el corazón no es agradable, pero precisamente, esta sensación infunde la posibilidad de implementar por primera vez el libre albedrío, liberarse del dominio del deseo de recibir.
FIN
Seguimos juntos en el esfuerzo…
Equipo Bnei Baruch Veracruz
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