– Almas en los Mundos
En esta lección estudiaremos sobre: El Alma del Primer Hombre / El pecado del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal
El Alma del Adam HaRishón (Primer Hombre)
En la lección anterior, estudiamos cómo la Luz saca de su interior el deseo de recibir en las cuatro fases de la Luz directa. También estudiamos, cómo de acuerdo a la estructura de las cuatro fases, se desprendieron de Arriba hacia abajo los cinco mundos espirituales, que ocultan la Luz al deseo de recibir.
Aparentemente la imagen es clara, el Creador se oculta a Sí mismo en cinco mundos espirituales, para que el creado, en este mundo, lo descubra mientras va ascendiendo por esos mundos. El tema, es que la realidad del creado en este mundo, que anhela la espiritualidad, requiere, necesariamente, la realidad de un creado espiritual en contraposición a él. Como oposición a la rama material en nuestro mundo, que se expresa como un deseo de espiritualidad, debe haber una raíz espiritual. Y esa raíz, aún no ha sido revelada en la salida de las cuatro fases de la Luz directa y los cinco mundos espirituales. Sobre la salida de esa raíz espiritual, llamada “Alma del Primer Hombre”, estudiaremos en la próxima lección.
En la creación del Kli (vasija), a partir de la Luz en las cuatro fases de la Luz directa, aún no se encuentra el creado. En estas cuatro fases, fue creado solamente el deseo de recibir, que es la materia de la Creación. Aun no salió de su interior el creado en sí. Tampoco en el desprendimiento de los mundos de Arriba hacia abajo, existe aún la presencia del creado. En la salida de los cinco mundos espirituales, fue creado solamente el entorno adecuado para la creación del creado, para que pueda corregirse a sí mismo por medio del estudio de la sabiduría de la Cabalá. El creado en sí, aún no se ha creado. Los cinco mundos espirituales, no son más que un entorno inanimado, que en su interior será posible crear al creado.
Y efectivamente, después de la salida de los mundos espirituales, se creó al creado. No se trata por supuesto de la persona de nuestro mundo, sino de un discernimiento espiritual – parte especial del deseo de recibir, cuyo propósito es alcanzar la equivalencia de forma con el Creador. Éste fue creado en el mundo de Atzilut y se llama “Alma del primer hombre” (Ver Gráfico Nº 8).
En esta etapa del estudio, donde nuestro conocimiento de la sabiduría de la Cabalá no es tan amplio, no podemos comprender cuál es la esencia intrínseca del “Primer Hombre”, de qué parte del deseo fue creado y en qué condiciones. Por ahora, tendremos que conformarnos con la siguiente definición: “Alma del Primer hombre” es una parte del deseo de recibir, donde cada una de sus partes están relacionadas entre sí por lazos de otorgamiento y amor y trabajan juntas, como un solo cuerpo.
En términos más simples, el Alma del Primer hombre, es el deseo que trabaja en otorgamiento. Deseo, donde todas sus partes están relacionadas entre sí con la intención con el fin de otorgar y ellas actúan como partes conectadas en un solo sistema. Y en este único sistema, en la conexión entre todas sus partes, se revela la Luz única – el Creador.
El mejor ejemplo en nuestro mundo de un sistema similar, es el cuerpo humano. Tanto el cuerpo humano, como el Alma del Primer Hombre, están compuestos de muchísimas partes, células y órganos, todos conectados juntos y trabajando por el bienestar del cuerpo en general. También en el cuerpo humano, la conexión entre todas sus partes, crean una plenitud maravillosa que no se encuentra en cada parte por separado.
El Alma del Primer Hombre, es de hecho, nuestro estado corregido, estado en el cual todos los seres humanos están conectados en conjunto como un solo cuerpo, en vínculos de otorgamiento y amor. Y surge la pregunta: si el deseo ya se halla en su estado corregido, en el Alma del Primer hombre, ¿cuál es la necesidad de la existencia de la persona en este mundo, que tiene que corregir su deseo mediante el estudio de la Cabalá? ¿Para qué nos impusieron nuestro estado corrupto, si ya nos hallamos en el estado corregido?
Para responder a esta pregunta debemos retroceder un poco atrás, a la Fase 1 de las cuatro fases de la Luz directa. También en la Fase1 se revelaron condiciones semejantes a las que se revelan en el Alma del Primer Hombre, y también en relación a ella surge una pregunta similar. Si conociéramos mejor el estado revelado en la Fase1, podríamos comprender por qué con la salida del Alma del Primer Hombre no termina el proceso de la corrección del deseo.
En la Fase 1 fue creado el deseo de recibir. La Fase de Shóresh saca de su interior a la Fase 1 como deseo de recibir, para que pueda materializar su deseo de otorgar. Ella, llena de Luz el deseo de recibir, y así implementa su deseo de otorgar. Como en el Alma del Primer Hombre, también en la Fase 1 se dan aparentemente todas las condiciones para concretar el Plan de la Creación. Existe un Creador que desea otorgar el bien, y un creado que recibe Su beneficio. ¿Qué más falta?
La respuesta es simple: falta independencia. El deseo de recibir en la Fase 1 fue creado en un estado especial, fue creado con Luz en su interior. La carencia y el llenado se revelan juntos, y como resultado, el llenado anula la sensación de carencia. Esto se asimila a la sensación de saciedad que sentimos en nuestro mundo, cuando la comida (el llenado) apaga la sensación de apetito (la carencia).
En otras palabras, en la Fase 1 no existe la sensación de carencia, de deseo. La Luz anula a la vasija, y por lo tanto, el deseo de recibir no siente su existencia. No es consciente de sí mismo, y con certeza, tampoco está consciente del Creador que está fuera de él.
En ese estado, no es posible implementar el Plan de la Creación, porque todavía no hay un deseo independiente de recibir la Luz, y como ya aprendimos, un deseo semejante, es la condición básica para la implementación del Plan de la Creación.
Lo bueno que el Creador quiere otorgar al creado es elevarlo a Su nivel, al mayor estado de consciencia posible: ser como Él, conocer el programa general de la Creación en cada detalle, el Plan mismo de la Creación. Pero el deseo de recibir en la Fase1, se halla en estado totalmente inverso a este, no es consciente de sí mismo en absoluto. El placer que lo llena también lo anula, y no siente su existencia. Eso no es asemejarse al Creador. Por lo tanto, el proceso de desarrollo del deseo continúa
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