El arte de liderar es el arte de delegar.
Don Roberto Matosas presenta a Francisco Alcaide Hernández, conferenciante, formador y coach en liderazgo y motivación. Autor del bestsellerinternacional
Hay dos cosas que son de una claridad meridiana:
Tiempo: todos contamos con una variable finita: el tiempo, 24 horas al día, ni una más, ni una menos.
Deseos: todos deseamos hacer muchas cosas más de las que realmente hacemos.
La pregunta es inmediata: ¿Cómo conseguir hacer muchas más cosas con un tiempo disponible limitado? Solo hay dos alternativas:
Efectividad: haciendo más con lo mismo, o lo mismo con menos.
Delegación: que otras personas hagan otras muchas cosas.
Centrándonos en la segunda alternativa (delegación), Richard Branson, fundador de Virgin, decía cierta vez: “El arte de delegar es una de las habilidades clave que todo empresario debe dominar. Ya sea gestionando una empresa, estar a cargo de un departamento, dirigiendo una organización… Yo aprendí desde muy joven lo importante que es delegar”.
Apuntamos siete ideas de por qué es tan importante aprender a delegar:
1. DELEGAR TE PERMITE CENTRARTE EN TUS ‘FORTALEZAS’
El mejor lugar para el talento es aquel que exhibe nuestras virtudes y disimula nuestros defectos. El éxito en la vida consiste en hacer el mayor número de veces aquello que uno sabe hacer muy bien. El éxito consiste en hacer cada día mejor aquello en lo que uno es excelente. Delegar nos permite aplicar nuestros esfuerzos a aquellas cosas en las que podemos aportar más valor, allí donde podemos hacer una contribución especial y única. Dedicar tiempo a cuestiones menores −en las que pasamos desapercibidos− es un sinsentido. Peter F. Drucker, padre del management moderno, decía: “En las áreas en las que son simplemente incompetentes, los ejecutivos inteligentes no toman decisiones ni emprenden acciones. Delegan”.
2. DELEGAR TE LIBERA DE TIEMPO
Muchos directivos, a menudo, se quejan de su dificultad para conciliar su vida personal y profesional. Ello les hace sentir en muchas ocasiones culpables, frustrados y desorientados existencialmente. Liberarse de tareas permite dedicar más tiempo a la familia y los amigos −dos de las mayores fuentes de bienestar y felicidad− y a aquellas actividades que nos producen más placer −viajar, leer, hacer ejercicio, un hobby o cualquier otra cosa− que nos recargan y dan vida. No puedes hacerlo todo tú solo, pero sí con otras personas delegando. Ello te permite disponer de mayor cantidad de la variable más importante de la vida, el tiempo, ya que no vuelve, ni se puede recuperar, ni reciclar, ni nada…
3. DELEGAR TE DA ENERGÍA EXTRA
Es de Perogrullo decir que a mayor carga de trabajo, mayor consumo de energía, mayor agotamiento. Y una persona que va como pollo sin cabeza termina exhausta, le cambia el carácter, se vuelve más irascible… y al final todo acaba saltando por los aires. La incapacidad para delegar es una de las principales fuentes de estrés en el mundo empresarial, y ya sabemos que el estrés está detrás de la causa de muchas enfermedades que aparecen en nuestro organismo. La relación mente-cuerpo es estrechísima. El liderazgo comienza con el autoliderazgo: para dirigir eficazmente a otros hay que estar bien con uno mismo, y eso exige cuidarse más para poder luego aplicar de forma correcta las energías al trabajo. En cierta ocasión, charlando con un directivo, me confesaba: “Quien solo trabaja, acaba trabajando peor. Un buen directivo tiene que ir un poco sobrado de tiempo. La claridad exige distancia. Un directivo que no da más de sí, no puede ser un buen directivo”. La incapacidad para delegar es una de las principales fuentes de estrés en el mundo empresarial
4. DELEGAR TE PERMITE CENTRARTE EN LO IMPORTANTE
El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmaba: “He aprendido que si un problema es fácil nunca debe llegar a mi mesa”. No se puede resumir mejor. Se trata de hacer menos cosas insustanciales y más cosas valiosas. Dedicar mucho tiempo a algo irrelevante no lo convierte en importante. Concéntrate en ser productivo, no en estar ocupado. John C. Maxwell, autor de Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, escribe: “Si quieres hacer algunas cosas pequeñas bien, hazlas tú mismo. Si quieres hacer grandes cosas y tener un gran impacto, aprende a delegar”. Hace algún tiempo el periódico Washington Postpublicaba un artículo con el título: Why being so busy makes us feel so good (Por qué estar ocupados nos hace sentir tan bien). La respuesta es obvia y la daba el propio artículo: “Estar ocupado es signo de estatus. Si estás ocupado, eres alguien importante”. A veces nos flagelamos a nosotros mismos. Cuestión de ego. Nuestra cultura premia el sacrificio personal y no la productividad personal. “Te creas la sensación de estrés”, decía Oprah Winfrey en una entrevista, “porque sientes que tienes que hacerlo”. Una empleado contaba cómo fue despedido de su primer trabajo después de que las tareas a realizar en ocho horas las despachase en dos horas y el resto del tiempo lo dedicase a temas personales. El manager lo fulminó sin contemplaciones con el siguiente argumento: “Para que sepas valorar el trabajo duro”.
5. DELEGAR DESARROLLA EL LIDERAZGO DE TERCEROS
Los auténticos líderes no generan seguidores, generan más líderes. Un líder que desarrolla más líderes multiplica su influenciaLos auténticos líderes no generan seguidores, generan más líderes. Un líder que desarrolla más líderes multiplica su influencia. Los negocios de alto impacto se basan en el crecimiento, y para crecer se necesita desarrollar a otras personas que puedan a su vez liderar a otros. Para ello es clave delegar. Si quieres que tu negocio crezca, tienes que rodearte de buenos colaboradores, darles cancha y quitarte de en medio. Lo decía Craig Groeschel, autor de Gana la guerra en tu mente: “Cuando se delegan tareas, se crean seguidores. Cuando se delega la autoridad, se crean líderes”. La única manera de lograr grandes cosas y hacer grandes negocios es delegar, delegar y delegar. No puedes estar en todos los sitios al mismo tiempo, por tanto, la clave está en desarrollar líderes y delegar, sabiendo que las cosas pueden funcionar sin ti. Un buen líder es el que se hace progresivamente prescindible. Lao-Tsé lo expresó así: “Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe. Cuando su trabajo está hecho, su objetivo cumplido, ellos dirán: lo hicimos nosotros”.
La única manera de lograr grandes cosas y hacer grandes negocios es delegar, delegar y delegar
6. DELEGAR TE PERMITE SER MÁS CREATIVO
Siempre se ha dicho que las mejores ideas vienen de fuera del ámbito de trabajo. Ello es debido a que el cerebro se siente libre para hacer asociaciones sin ningún tipo de juicios, sin que el pensamiento racional (lo que es/debería) tome el mando y dejando que el pensamiento lateral (lo que puede ser/posibilidades) se manifieste tranquilamente. No es casual que Ferran Adrià −cinco veces mejor restaurante del mundo− dijese cierta vez: “En los paréntesis crece la innovación: parar, pensar, planear… Y después producir”. Es necesario pararse a Reflexionar, Rediseñar, Reajustar y así hacer mejor lo que hacemos, buscar la excelencia, desarrollar la innovación (nuevos productos, nuevos canales de venta, nuevas aperturas…), y tomar dirección y perspectiva sobre el sentido de nuestras vidas y nuestras empresas. Esto de primeras choca, porque parece que pararse a pensar es una pérdida de tiempo. Parece que el que no está en movimiento no está haciendo nada… y es erróneo. El restaurante El Bulli solo abría seis meses al año y los otros seis meses restantes cerraba. ¿Fue ese uno de los secretos de su éxito? ¿Quizás gracias a esos paréntesis el restaurante de Roses (Gerona) llegó donde llegó? Probablemente, sí. Evidentemente, durante esos seis meses el equipo no estaba tumbado a la bartola, sino estudiando, conociendo nuevas culturas, analizando, probando con una cierta calma y sin las prisas ni inmediatez del día a día. Y es que para aportar valor hay que tener frescura mental. O como apuntaba Aristóteles: “El exceso de trabajo impide la adecuada contemplación de la belleza y de la verdad”.
7. DELEGAR ES UNA FORMA DE RECONOCIMIENTO
La delegación es una cuestión de respeto y de cuánto valoramos realmente a los que están en nuestro equipo
Dale Carnegie, en su clásico Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, ya apuntaba: “La necesidad humana más universal es la necesidad de sentirse importante”. No basta rodearse de buenos colaboradores, la gente ‘ganadora’ necesita sentirse ‘ganadora’, que se cree en ellos, se les estima y se les considera indispensables. “Los cerebros como los corazones van donde los aprecian”, señalaba Robert McNamara, ex secretario de defensa de los Estados Unidos. Delegar es una forma explícita de conseguirlo. La delegación es una cuestión de respeto y de cuánto valoramos realmente a los que están en nuestro equipo. La delegación es una forma de reconocimiento que genera compromiso, y el compromiso es esencial para que los proyectos salgan adelante. Falta de compromiso es igual a falta de resultados; y compromiso a medias es sinónimo de resultados mediocres. La excelencia exige compromiso total. Jack Welch, más de veinte años CEO de General Electric, lo tenía claro: “Seguramente no hay nada peor en el mundo de los negocios que trabajar para un jefe que no quiere que triunfes”. Y añadía: “Si escoges a las personas adecuadas y les das la oportunidad de extender las alas, ofreciéndoles además compensaciones, casi no tendrás que dirigirlas”.
En definitiva, quien no sabe delegar, no sabe dirigir. La autosuficiencia es la enfermedad del fracaso, la ineficacia y la ineficiencia. Solo con otros podemos alcanzar nuestra mejor versión. Solo con otros podemos llegar más lejos. La incapacidad para delegar no es sino un reflejo de inseguridad, estrechez de miras y pobre inteligencia emocional de quien no es capaz de ver más allá de sí mismo. Como nos recuerda el psicólogo Daniel Goleman, “las fortalezas y debilidades de la competencia emocional de un jefe pueden medirse, respectivamente, con el pleno aprovechamiento o el mal uso del talento de sus subordinados”.
Francisco Alcaide Hernández, conferenciante, formador y coach en liderazgo y motivación. Autor del bestsellerinternacional Aprendiendo de los mejores (28ª edición).
Artículo publicado en Executive Excellence n184, enero 2023.
El arte de liderar es el arte de delegar.
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