El Rey deja el trono.
Emociones Compartidas. Carlos López Gutiérrez de Velasco.
Muchos culés tenían la ilusión de volver a ver a su máximo ídolo con la camiseta blaugrana. Pedían, a lo que sea en lo que crean, que regresara aquel diez que merecería una de las mejores despedidas que se hayan visto en el mundo deportivo, pero que, muy por el contrario, la última imagen que habrá de él en el club será saliendo con lágrimas de impotencia, obligado por la incapacidad institucional de retenerlo. Después de meses de estira y afloja entre Inter de Miami de la MLS, Al-Hilal de Arabia Saudita y FC Barcelona de España, la novela ha llegado a una resolución: Lionel Andrés Messi será nuevo jugador del Club Internacional de Fútbol Miami a partir del primero de julio y no regresará al equipo que lo vio nacer y hacerse rey del deporte. Es decir, sin ser un retiro, se acabó la historia de uno de los genios más grandes que ha visto la pelota en el circuito de élite.
Esto significa ni más ni menos que la época terminó y hay que saber decir adiós. Para todos los que crecieron viéndolo será muy complicado porque hay una generación entera de amantes de este jueguito que no recuerda un fútbol sin Lionel Messi como una de las figuras más importantes del mundo. Fueron casi 20 años de dominio deportivo, pero el ciclo finalizó. Y es un sabor extraño porque no es que el nivel competitivo ya no le alcance al argentino, él mismo ha decidido que ya no quiere formar parte de él.
Me queda claro que a Messi ya no le motiva nada lo deportivo a nivel clubes. Es más, a mi entender, hace años que a Lionel no le quitaba el sueño si perdían el torneo liguero o acumulaban otro fracaso en Champions. Lo que pasaba en clubes era no otra cosa que el medio para permanecer en el mejor nivel posible y seguir peleando por ganar el último desafío que le faltaba en este videojuego llamado fútbol: ganar la Copa América y el Mundial de la FIFA. Muy seguramente, cuando lo consiguió en el último diciembre perdió todo sentido de hambre que permaneciera en su cuerpo.
Tampoco veo mal que decida dar el paso a un costado. Es un jugador que ya no puede ganar nada que no haya ganado antes. Es un futbolista que ya no puede impresionar a nadie que no haya impresionado antes. A estas alturas, no tiene nada que demostrar y tampoco tiene la capacidad de hacerlo; porque todos sabemos exactamente quién es y lo que ha conseguido. Con casi 36 años encima, es lógico que quiera abandonar las luces y reflectores de la crítica proveniente de la competitividad élite y disfrutar de unos años agradables con su esposa e hijos en una ciudad paradisíaca como lo es Miami.
Y por la gente que ha dejado llorando en todos los barrios de Barcelona, voy a permitirme retomar una reflexión del Maestro de Jaén, Joaquín Sabina: “Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver”.
Estos son los últimos años de Messi Cuccittini como futbolista profesional y en este punto de la línea temporal lo único que quiere es llegar a la Copa América 2024 y el Mundial 2026, ambos a disputarse en los Estados Unidos. Porque claro, Leo es muy argentino y si algo le mueve, sólo puede ser hacer su legado con la Albiceleste aún más grande. A Concacaf le vendrá muy bien tenerlo por acá.
Mientras tanto en Europa, el último rey de este deporte abandonó el trono después de casi dos décadas y será muy interesante ver quién se convierte en el próximo monarca. Por allí andan un noruego y un francés que no la mueven mal, dicen.
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