Pura vida en cuartos de final.
Emociones Compartidas. Carlos López Gutiérrez de Velasco.
La Selección Mexicana de Jaime Lozano ya hizo realidad todo lo que me preocupaba de tenerlo como entrenador del combinado nacional, en apenas tres partidos y contra un rival de baja categoría. Demostró que cuando no están saliendo las cosas y con el partido encerrado, no hay mucho control de variantes. Jimmy evidenció que le hace falta mucha experiencia y herramientas para tomar este cargo, pero yo esperaba que lo viéramos al menos en la final, no contra el equipo alternativo de la peor selección del último Mundial.
El Lamborjimmy sufrió un choque sin mayor tema, el combinado mexicano de igual manera clasificó como primero de grupo. Y las formas no fueron terribles, El Tri hizo un buen partido táctico y fue mucho más peligroso que Qatar. Ellos llegaron una vez y concretaron. De este lado, además de los errores defensivos puntuales que costaron la derrota, se fallaron todas las ocasiones posibles y una más. Pero a mí un discurso de las formas no me importa en lo más mínimo cuando los que te vencieron fueron, de nuevo, los suplentes de la peor selección del último Mundial. Había que solucionarlo y no se solucionó. Había que responder y no se respondió. No pasó nada y todos nos dimos cuenta de la falta de variantes.
Ahora, el oponente en cuartos de final es Costa Rica. Una selección tica que llega como le gustan a México sus rivales últimamente: en crisis y pasando su peor momento de la época reciente. Así nos tocó Honduras en el primer juego del torneo y fue un paseo jugando con lo mínimo. El proyecto de Luis Fernando Suárez está, en pocas palabras, acabado y no debería representar complicaciones para el equipo de Jaime Lozano, ni por lo técnico ni por lo táctico. Que el rival en cuartos de final sea Costa Rica, significa pura vida para el equipo mexicano.
A mí el futuro próximo no me preocupa nada. Mantengo firme mi postura sobre lo que sucederá con la selección en esta Copa Oro; a falta de rivales de categoría y no tanto por mérito propio, la Selección Mexicana volverá a ganar un título a nivel mayor después de cuatro años. Lo que me tiene intranquilo es que cada vez veo menos producción de futbolistas y sin materia prima no se puede trabajar. Ese es el verdadero problema de esta selección, que es mucho más profundo que nada más decir que no se desarrolla talento, y mientras no se resuelva no importa a quien traigas a dirigir.
Pero alguien tiene que asumir el cargo y me da gusto que esté tomando fuerza el candidato que debió ser el dueño del puesto desde que se anunció la salida de Martino. Nadie mejor que Ignacio Ambriz en estos momentos. La hipotética permanencia de Jaime Lozano que dependía de ganar la Copa Oro se diluyó con la derrota en Santa Clara. El jefe tiene que ser Nacho, no hay otro. Desarrollo de juveniles, estilo de juego definido y un éxito comprobable.
Por cierto, la última vez que México ganó la Copa Oro, en 2019, también se enfrentó a Costa Rica en cuartos de final. Lógicamente se le ganó, esa vez con Ochoa de héroe en los penales, y después sucedió lo propio con Haití en semifinales y con Estados Unidos en la final. Quiero que se repita la ocasión.
Más en mis redes: @carloslgtzdev
Pura vida en cuartos de final.
Enorgullece a Club de Oro actuación de Marina Malpica
Colegio Particular Antonio Caso, Campeón
Síguenos en Twitter @ElDictamen
O si lo prefieres, en Facebook /ElDictamen.
Y también en Instagram: @ElDictamen
Más noticias: AQUÍ