Traer a nuestro escenario virtual a Ángeles Badea, de Puerto Rico, quien ha hecho crecer el don que posee en la pintura, escultura, dibujo, música y poesía con que llegó al mundo, con estudios de educación con concentración en Bellas Artes, maestría en supervisión y administración de escuelas en la Pontifica Universidad Católica de Ponce, y doctorado en humanidades, de Atlantic International University, es no solo presentar a una mujer extraordinaria, sino asumir la importancia de dar a conocer o llevar más allá de sus fronteras, a los artistas que existen en Iberoamérica. El Dictamen, que se edita en Veracruz, México, y el próximo 16 de septiembre cumple 125 años, se ha sumado a esta tarea compartiendo los objetivos que con investigación, coordinación y gestiones, realiza la Asociación Cultural Antonio Montes, de Málaga, España, integrando a un buen número de ellos, recibiendo apoyo e intercambio de otros grupos como Canadá Nos Une y Taller Arte Sano, que dirige la coach mexicana Lumy Fuentes, radicada en Toronto, y a los que pertenecemos nosotros.
Cuando vimos a Ángeles Bedea a través del zoom, contemplamos en su figura, sencillez y alegría innata, el corazón mismo de Puerto Rico, musical y de artes pictóricas, recreadas también en la poesía, y cuando la vimos coger los pinceles y pintar frente a nosotros con una singular maestría, haciéndonos comprender los gestos que representan las emociones que imprime en el lienzo, su estatura se acrecentó. Aunque nació con el don de las artes plásticas, su mixtura con el humanismo hizo gran presencia al presentar a los quince años su obra “Las caras de Cristo”, precedidas por su búsqueda en el rostro de su padre y después en el de Jesús, que despertó su pasión por el arte religioso. Ángeles se sumerge en la vida interior del ser humano considerándolo como la obra cumbre de nuestro creador, que merece amor y respeto, y aunado a la naturaleza, como su mejor amiga, lo introduce en la creatividad y el deseo de aportar su arte y sus conocimientos, haciéndolos llegar a todos los ámbitos, sin limitaciones.
Inició en 2004 su participación en exposiciones colectivas, y a partir de 2008, ha presentado sus obras en exposiciones individuales en museos y salas, entre ellas: “Al pie de tu herencia”, “Toda Mujer”, “Pasos arquitectónicos” en las que recrea su ciudad, “Siguiendo una estrella”, “Isla Negra”, entre otras. Ha recibido reconocimientos, entre ellos el de la V Cruzada Amor, Fe y Esperanza de los Hogares, y es autora de la Danza Flor Dormida que represento la Magna Conferencia Ambiental, en Manatí.