Por: Elvira del Carmen Tejera/El Dictamen
Nacida el 13 de octubre de 1992, en San José Pinula, Guatemala, muy pequeñita jugaba con su hermano mayor; al nacer con glaucoma, dos años más tarde, a otro hermanito le detectaron también un tumor canceroso en la retina, y murió, por lo que fueron examinados los dos hermanos que quedaban. Aunque no presentaban síntomas, resultó ella con el mismo problema de retinoblastoma, por lo que inició un largo tratamiento de quimios y radioterapia que no evitó la ausencia de su ojo derecho, y cuando los médicos dijeron a sus padres que había que anular el otro ojo, decidieron no volver y la aislaron, sobreprotegieron y pusieron en manos de Dios. Tal vez su espíritu de superación y las imágenes que quedaron en su cerebro, la hicieron cantar a los cinco años, un himno a la vida recreada por su hermano mayor, que fue su primer maestro, y la enseñó a disfrutar de la naturaleza y de los programas de radio, que desarrollaron su sistema auditivo, y de televisión que él le transmitía, y hasta le enseñó a prender fósforos.
SOBREPROTECCIÓN PATERNA LA AISLÓ DEL MUNDO
Pero ella quería estudiar, y a los diez años cumplió su deseo e ingresó a la Escuela para Niños Ciegos Santa Lucía de Guatemala, y sintió que era un gran privilegio compartir y participar con maestros y compañeros en actividades cívicas, deportivas y artísticas en coros y teatro, y aunque por su escasa convivencia con otras personas la hizo sufrir bullying algunas veces, fue donde despertó su amor por la música y saltó su deseo de llegar a ser maestra de música.
SU EMPEÑO DESCUBRIÓ EL ARTE MUSICAL
Cristina ingresó asía la Escuela para Maestros de Educación Musical, y aunque no sabía musicología en Braille, hacía sus ejercicios y solfeo de memoria, y de los instrumentos auditivamente con el apoyo de sus maestros y compañeros, aprendiendo conocimientos básicos de flauta dulce, piano, guitarra, marimba y canto. Hizo prácticas en la Casa Ángel, para niñas agredidas, y fue una hermosa experiencia, pues pudo llevar alegría y amor a través de la música y hacer que ellas mismas se reflejaran en ella.
AHORA ESTUDIA LICENCIATURA EN MÚSICA
Actualmente estudia la licenciatura en Música en la Universidad Galileo, se siente feliz y tiene muchos proyectos que quiere desarrollar, entre ellos aprender musicografía en Braille, usar programas de audio accesibles a lectores de pantalla y seguir estudiando canto, pues su tesitura musical es de soprano lírica y esta expresión artística la hace también plena y feliz. En un tiempo sus padres quisieron enviarla a estudiar al extranjero, pero no pudieron, pero aprovechó el tiempo al Centro de Rehabilitación Integral donde aprendió a cocinar y practicó orientación y movilidad, lo que es parte importante para su desarrollo personal, y ejerce ya con mayor soltura y confianza.
TRABAJA EN EL CALL CENTER DE TIGO INVITA A SU CANAL
Actualmente trabaja en el Call Center de TIGO, Guatemala, y tiene un canal de Youtube que la conecta con el arte y con las personas que se interesen en tener intercambio con ella y sus ideales artísticos, por eso es miembro de la Asociación Cultural Antonio Montes, de Málaga, España, que promueve a la familia de artistas que ha forjado en distintos países, cuyos directivos son el maestro Antonio Montes y la Dra. Jeny Alfaro, quienes abren semanalmente una convivencia por zoom. En El Dictamen, nos sentimos convencidos como nos dijo Cristina: “El arte es una oportunidad de poder expresarnos más allá de las palabras”, y podemos agregarle: “Aleja la depresión, los pensamientos negativos, las tristes adicciones, y eleva el espíritu a alturas insospechadas. Quienes deseen contactarla, su canal es: https://www.youtube.com/@cristicaceresmurga