Por: Manuel Lucio/Retratista
En una visita a Zapopan, Jalisco, y por medio de Sandra Roldán, que me ayudó a incursionar en la sociedad Jaliciece, coordinó muy bien un encuentro con amigas de ella y grato fue convivir mientras hacia mi trabajo fotográfico. El meterme hasta la cocina, como se pudiera decir, me ha permitido conocer lo que es la persona, sus valores, anhelos, inquietudes y su trascender. Una de ellas fue Mónica Tornel, con quien me adentré en temas espirituales, religiosos y de crecimiento individual. Ella es una dama en toda la extensión de la palabra, educada, cortés, del buen decir y con una retórica impresionante; principalmente se dedicaba al hogar y eso es de admirar porque siempre he tenido, dentro de mis dichos, que una gran dama es tan importante y en ocasiones más que el padre en la educación de los hijos, y ella lo ha hecho muy bien, gozando el respeto y reconocimiento de toda su familia. Pero dentro de todo esto, ella comentó que una de sus pasiones y pasatiempos favoritos era la fotografía, y al paso del tiempo, se convirtió en una gran fotógrafa de paisajes y eventos.