Por: Manuel Lucio/Retratista
La técnica de monocromía soft emplea tonalidades pasteles y sutiles, como verdes y sepias, crea un ambiente suave que resalta la naturalidad y la vulnerabilidad del sujeto. Esta elección estética no solo embellece la imagen, sino que también invita al espectador a una conexión emocional más profunda, permitiendo que se aprecie la esencia del retratado más allá de su apariencia física, transmitiendo vulnerabilidad, enfatizando la sencillez y delicadeza, calma y nostalgia, facilitando una experiencia visual que va más allá de la simple observación, evocando a la reflexión. Varios artistas han influenciado, entre ellos se destacan Yves Klein, conocido por su uso del color monocromo, inspirado en su exploración de tonalidades suaves y la emotividad del color. Frida Kahlo, de la que su obra ha resonado especialmente en su capacidad para evocar la identidad y la cultura mexicana a través de retratos que combinan modernidad y tradición. Lucio Fontana, de quien su enfoque en la simplicidad y el uso del color, transmitiendo profundidad emocional con su técnica de monocromía soft. Cabe mencionar que también se destacan aspectos de la música flamenca como la intensidad emocional y la riqueza rítmica, centrando la conexión entre el cante y el baile, enfatizando la expresividad de los movimientos y las letras. Además, incorpora elementos de fusión, explorando cómo el flamenco puede interactuar con otros géneros, reflejando así su evolución y modernidad. Esta mezcla permite que sus retratos visuales capturen no solo la estética del flamenco, sino también su profundo significado cultural y emocional.