Por: Manuel Lucio/Retratista
“Mi nombre es Yolanda Warnholtz Jiménez, tengo 63 años y soy diseñadora industrial. Vivo en la CDMX con mi esposo, y aunque nuestros hijos ya no viven en casa, al igual que nosotros, son amantes de los animalitos y están a favor de la adopción. A lo largo de mi vida, hemos adoptado a muchos animales que han pasado a ser parte de nuestra familia. Actualmente, Crayola y Ruffles comparten nuestro hogar. Antes tuvimos la dicha de convivir con Chester, Maggie, Leo, Tomasa, Jesse y otros peluditos más; sus enseñanzas, amor y compañía son recuerdos que llevamos siempre en el corazón. La adopción de animales es un acto de amor y responsabilidad que puede transformar tanto la vida del animal adoptado como la de quienes lo acogen. No solo les damos la oportunidad de tener una familia que los quiera y cuide, sino que también nos enriquecemos emocional y espiritualmente con la presencia de estos seres llenos de amor y lealtad. En mi vida de casada, hemos adoptado tanto perros como gatos, y cada uno de ellos ha aportado algo especial a nuestra vida familiar. Crayola, una gatita negra adorable, es muy platicadora y siempre encuentra la manera de hacernos saber lo que quiere. Ruffles, por otro lado, es un perrito rescatado de un antirrábico, a punto de ser sacrificado por falta de recursos para mantenerlo. Afortunadamente, llegamos justo a tiempo para adoptarlo. Ruffles tiene la peculiaridad de mover su cabecita cada vez que le hablamos, como si intentara entender cada palabra que decimos. Al compartir mi experiencia personal, espero inspirar a otros a considerar la adopción como una opción responsable y amorosa para darle hogar a esos animalitos que tanto lo necesitan.