Fecha de exámenes.
Emociones Compartidas: Carlos López Gutiérrez de Velasco.
Un nuevo parón de selecciones nacionales; otra oportunidad de Jaime Lozano para demostrar que lidera a un equipo que sabe jugar al fútbol asociación y un primer turno al bat para varios elementos que tienen la tarea de validar que su convocatoria está bien fundamentada en el rendimiento que han dado en la liga mexicana.
Si se gana, no pasa nada; si se pierde, tampoco. Pero el combinado nacional no debería ver la derrota, por ningún motivo, ante los rivales con los que se va a medir este sábado y el próximo martes, 9 y 12 de septiembre respectivamente. Primero, Australia; después, Uzbekistán.
Reitero, el resultado es lo de menos. Ganar o perder es irrelevante, son amistosos, y faltan tres años para la Copa del Mundo; pero, si se pierde, es porque algo no se hizo bien y eso es lo que tenemos que revisar durante esta jornada internacional. Hoy no necesitamos el qué, lo indispensable es que se siga puliendo y visibilizando la nota positiva del cómo. México levantó la última Copa Oro jugando bien a la pelota y no hay razón para que eso termine ahora.
Además, la lista de convocados es coherente y convincente. No me falta nadie en ese llamado de los que, para el jefe del banquillo nacional, son los veinticuatro mejores jugadores que tiene el país. Hubo mucho revuelo por el tema de Héctor Herrera por la cuestión de edad, pero ha retomado un gran nivel en Houston y a la selección le siguen faltando líderes y figuras de jerarquía. Ya lo dijo Jimmy: no es un equipo de jóvenes o viejos, van los que estén mejor al día de la convocatoria. Y es una posición que comparto totalmente.
Es absurdo armar una selección del país pensando en un futuro que no sabes si va a llegar. Ojalá haya quedado claro con el tema de Marcelo Flores.
EL ‘CHINO’ SÓLO NECESITABA REGULARIDAD
Hubo dos nombres en particular que recibieron un merecido llamado, están haciendo muy bien las cosas con sus clubes y una fecha como estas les sienta perfecto para ir tomando oportunidades en el cuadro más importante de México: Jordi Cortizo de Monterrey y César Huerta de Universidad Nacional.
Huerta siempre se me hizo un jugador de muchas condiciones, pero inconsistente; o al menos, que no estaba siendo bien trabajado. Ahora sorprendió al país por lo que está generando con los Pumas de la UNAM, pero desde su etapa cedido en Mazatlán FC dio pruebas de que era cuestión de que lo supieran dirigir para convertirse en un futbolista importante de nuestra primera división. Siempre tuvo mucho fútbol.
Y esto viene desde antes, en Guadalajara fue uno de los más destacados en todos sus procesos de inferiores y debutó muy jóven, a los 17 de edad; pero nunca pudo consolidarse en el primer equipo del rebaño. Como jugador, también es importante encajar en un buen esquema que potencialice tus propias capacidades y eso es lo que finalmente consiguió en el equipo universitario de Antonio Mohamed.
Encarador, hábil en los uno contra uno y con largos recorridos en el campo que apoyan a la superioridad en las transiciones ofensivas; estoy fuertemente convencido de que el fútbol del ‘Chino’ Huerta puede dar muchísimo. Lo he estado desde su temporada con los del pacífico.
Que recuerden todos que sigue siendo un futbolista Sub-23. No parece, porque ya son casi 5 años de carrera en el máximo circuito para Huerta, pero tiene apenas 22 años y mucho por crecer.
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