La aportación científica y tecnológica hecha por personal del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Pecuarias (INIFAP) en el curso de los últimos 39 años recién cumplidos tiene reconocimiento internacional.
Labor de investigación exitosa en 45 cultivos y generador de 1260 variedades mejoradas de los mismos.
En el caso del maíz azul ocupa la atención creciente en la ciudadanía, porque además del valor nutricional agregan el concepto de salud relacionado con la prevención de problemas tan graves como diabetes, insuficiencia renal y otras manifestaciones que arruinan la capacidad presupuestal de instituciones de salud del sector oficial.
El catálogo de beneficios entregados por el INIFAP a la vuelta de casi 4 décadas de su creación, en los hechos, convence hasta al escéptico más recalcitrante, aseguró el ingeniero Francisco Javier Ugalde Acosta, coordinador de Divulgación de esta dependencia federal, sobre todo cuando la humanidad se enfrenta a nuevos retos en un escenario de cambio climático y pérdida de biodiversidad de ritmo acelerado.
Constante evolución
A lo largo y ancho del país los campos experimentales permanecen activos, en constante evolución apoyados en la ciencia y tecnología, única forma, en opinión del entrevistado de revertir, o al menos atenuar el impacto nocivo de la degradación de recursos naturales: agua, suelo, flora y fauna.
La amenaza de un colapso en la producción de alimentos básicos es real, el trabajo de remediación corresponde a todos y con la mayor responsabilidad, gobierno y productores animados por objetivo común: producir más y mejor.
La relación de programas es amplia e interesante, de resultados más allá de buenas intenciones, lo mismo en frijol, arroz, trigo, cebada, mango, vacunas contra la fiebre porcina, 35 000 hectáreas sembradas de hule con derrama económica de $ 1600 millones de pesos.
Ugalde Acosta citó la realización de 2000 eventos de capacitación y de transferencia de tecnología al cierre del 2023 y asistencia de 102 000 productores y técnicos donde involucran a jóvenes estudiantes que cursan carrera de agronomía en centros de telebachillerato convertidos en multiplicadores de la nueva cultura que requiere México y Veracruz para cancelar improvisaciones, por el contrario hacer de la precisión una constante en cada acciones desplegada en el desarrollo de los sistemas agropecuarios y forestales.
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