Negocio redondo. Emociones Compartidas. Carlos López Gutiérrez de Velasco.
La MLS encontró su fórmula secreta para que todo el mundo la volteara a ver y la percibiera como una liga de gran nivel. Sólo necesitó dos cosas: el fichaje del futbolista más importante de la última época, Lionel Andrés Messi, y que la federación que tiene como rival, la de México, decidiera atender a un torneo como el invitado que hace lucir bien al local. La Leagues Cup es el mejor movimiento mercadológico que ha tenido el fútbol estadounidense en mucho tiempo.
De pronto, en cada continente querían ver al Inter Miami contra Cruz Azul, después ante Atlanta United y posterior a eso en el partido frente a Orlando City. Y el hecho de que millones de personas en el planeta estén siguiendo los partidos de Messi en el torneo también ha generado que algunos estén pendientes del resto de los compromisos. El fenómeno del interés por la Leagues Cup va a durar lo que dure el argentino en competencia, pero hasta que salga eliminado, si no es que resulta campeón, en Barcelona y Rosario ya vieron que Philadelphia y New England le metieron cinco a Querétaro y San Luis respectivamente, que LAFC anotó siete contra Juárez y que Guadalajara, subcampeón y hoy líder de México, salió sin puntos en fase de grupos. Personas que no tenían ningún tipo de acercamiento al fútbol de Norteamérica, van a tener como primer concepto que la MLS está considerablemente por encima de la Liga MX.
Y a los mexicanos les va a tocar soportar esa idea o demostrar lo contrario en las instancias finales, como lo han hecho en diecisiete de las últimas dieciocho ediciones de la Concacaf Champions Cup. Hoy siguen en disputa menos de diez equipos del fútbol azteca, pero ojo, todos los que realmente representan un poderío como para llevarse el torneo se encuentran en la llave contraria a Messi. Los de Florida podrían enfrentar a Cruz Azul en cuartos de final y después a Pumas, Querétaro o Atlas en la ronda de los últimos cuatro. Del otro lado, los mexicanos que podrían jugar una hipotética final son Rayados, Tigres, América, León o Toluca. Ya digo, los fuertes. Le guardaron al campeón del mundo lo mejor para el desenlace.
Nuestros clubes han ido a eso, a ser los payasos del show. La MLS está gozando de tener tanta atención porque tiene a los que conforman la Liga MX como el asistente que hace ver espectacular al superhéroe protagonista de la historia. Porque el secundario no vive igual ni tiene los mismos lujos que el personaje principal ¿verdad? Claro que no, el asistente tiene que moverse siempre y luchar contra la logística y la fatiga, entrenar como pueda y donde pueda, enfrentarse a más o menos hostiles públicos en cada visita que haga y saber que no van a ser los favoritos de las llaves ni del arbitraje. Pero eso sí, este personaje secundario es el que, en más de una ocasión se va a encargar de llenar los estadios y lograr el cometido principal por el que este campeonato elitista y de invitación a dedazo vio la luz.
Nada de lo anterior exonera a los clubes mexicanos de quedar muy por debajo del rendimiento esperado.
Sigo pensando que la Leagues Cup es un buen concepto, mal ejecutado. Porque si en las próximas ediciones no se hacen modificaciones, esto seguirá tratándose de una exhibición de humillaciones para nosotros y un negocio redondo para ellos.
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