Siguen las buenas noticias al concluir la semana que incluyó fecha emblemática dedicada a las madres. Ahora correspondió al señor Gustavo Díaz Blanco, palapero de Villa del Mar destacar el volumen extraordinario de familias consumidoras de las delicias del mar, al grado que el registro de sábado y domingo superaron números levantados en el mismo periodo de semana santa.
Hablar de movimiento turístico de semana santa son palabras mayores; pero así ocurrieron los hechos en materia de repunte del atractivo de Veracruz en el carácter de destino de clase media y media alta.
El personal dedicado a la atención directa de los comensales tanto de mesas a pie de playa como en interior de establecimientos, por momentos resultaron insuficientes para cubrir las demandas de servicio.
Palaperos se adaptan a las condiciones del cliente
Tanto el entrevistado como la mayoría de sus compañeros de esa franja federal concesionada, procuran ofrecer condiciones favorables a los clientes tendiente a conquistar nuevos casos y preservar los actuales, dejando contentos a visitantes interesados en disfrutar mar, sol, cocina veracruzana y la hospitalidad porteña, con el agregado de ambiente razonablemente de seguridad, en paz; resultado del apoyo con vigilancia naval, municipal y estatal.
En ese trato flexible referido, Díaz Blanco puso el ejemplo que aporta buenos resultados: sin importar número de integrantes de una familia, el ocupar una carpa en playa, si consumen alimentos o bebidas, la renta de la mesa es de cortesía.
Es más, si el grupo trae sus botellas de licor, el descorche también será gratuito. Se busca el punto de equilibrio pensando en arraigar a la gente, lograr que el regreso a sus hogares sea con buen sabor de boca de Veracruz.
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