En la celebración del 50 Aniversario de Fundación de la entonces Escuela Secundaria ESTI No. 192, lo que es actualmente ESTI No. 26, los integrantes de la primera generación reconocieron el extraordinario trabajo de sus maestros de la secundaria, “quienes entregaron parte de su vida para sembrar en cada uno de nosotros el interés por aprender y superarnos”.
Fue la M.C. Alicia Torre Romero (actualmente catedrática del Tecnológico Nacional de México Campus Veracruz), quien tuvo el privilegio de hablar a nombre de sus compañeros en un evento especial e inolvidable.
“Hoy quiero hacerles saber a esos queridos maestros que sus sueños, sacrificios y trabajos se han visto realizados, no sólo con quienes están en una empresa, o en una industria, y aquellos que formaron una familia y además también quienes son personas que lograron alcanzar sus objetivos de vida, sino también en las generaciones que a lo largo de estos años han contribuido a la historia de este plantel”, expresó en su discurso Alicia Torre.
Refirió que cerca de 200 alumnos iniciaron sus estudios en esta Escuela el 2 de octubre de 1973, que fue dirigida excelsamente por el ingeniero Serafín Uscanga Uscanga, y ahora cursan allí sus estudios 2 mil alumnos, donde han pasado un gran número de directores que han marcado su propia época”, argumentó.
Primera generación celebra 50 aniversario de la ESTI 26
Apuntó que hoy es el ingeniero Vladimir Leines Ávila el encargado de dirigir a esta comunidad formada por profesores, alumnos y padres de familia que siempre se distinguen en hacer su mejor esfuerzo cada ciclo escolar.
“Estamos orgullosos de formar parte de la Primera Generación y de abrir brecha para el posicionamiento de esta gran institución. Esta generación, precisamente, fue elogiada por nuestra disciplina, valores y desempeño académico”, reafirmó Torre Romero.
Poco antes, durante su elocución, la catedrática había contado algunas anécdotas de la escuela que inicialmente estuvo en la Secundaria Técnica No. 1, donde cerca de ahí existía una laguna, por lo que el propio ingeniero Serafín iba por los alumnos para sacarlos del agua, porque varios alumnos aprovechaban para nadar.
“Y ya en las instalaciones de la ESTI 26, cuando los alumnos jugaban y hacían hoyos para poner las porterías, se encontraban con cráneos y huesos, toda vez que ahí había sido parte del Panteón Infantil de la ciudad”, rememoró.
Síguenos en Twitter @ElDictamen
O si lo prefieres, en Facebook /ElDictamen.
Y también en Instagram: @ElDictamen
Más noticias: AQUÍ