Proyecto hecho con grandeza.
Emociones Compartidas. Carlos López Gutiérrez de Velasco.
No hay club u organización deportiva en México que presuma tanta excelencia como lo hace Tigres Femenil. Hace unos días, el equipo de La Sultana del Norte consiguió su sexta estrella en apenas doce ediciones de la Liga MX Femenil y no hay nadie en el torneo que se le acerca. Ni siquiera sus vecinas, que tanto han hecho por intentar que Rayadas se acerque a lo ganadoras y estelares que son Las Amazonas.
Seis títulos de campeonato en doce intentos; la cifra es fría y demuestra perfectamente por qué Tigres Femenil manda, gobierna y domina en la competencia. Además, de las seis veces que no ganaron el torneo, disputaron la final tres veces. Hace tiempo que el fútbol femenino en México dejó de tratar sobre el juego en sí y va más sobre ganarle a Tigres. Usualmente, en cada liga del mundo, al principio uno se pregunta qué equipo viene fuerte y parte como favorito; en la Liga MX Femenil no es así, acá nos preguntamos: ¿Quién se armó bien como para pelearle a Tigres?
Es algo que han trabajado. La Liga MX Femenil es como la hermanita menor de la Liga MX; con apenas algunos años de existencia y, todavía, una obligación de los clubes de la Liga MX de financiar, la gran mayoría de los que conforman la primera división del fútbol de México hacen tan sólo lo estrictamente necesario con su vertical femenil para cumplir con la responsabilidad. Se ve en la cancha. Por eso vemos marcadores tan abultados cuando juegan contra las poderosas del torneo.
Tigres, por el contrario, invierte y planea como ningún otro en la Liga MX Femenil. Le da el lugar que merece como liga profesional del fútbol femenino en México. A mediados del año pasado se habló mucho de Jennifer Hermoso como jugadora del Pachuca, que sin duda fue un golpe mediático para demostrar hacia dónde puede ir la liga, pero siempre los primeros pasos de este tipo los dio el equipo felino primero. A nivel estructura y proyección, Tigres nunca dudó en adelantarse.
Por eso son el mejor equipo de fútbol femenino del país. Están sembrando lo que cosecharon. Seguro el proyecto se planeó desde el día uno para que así fuera. Un proyecto que nació con grandeza y excelencia.
Los clubes están construidos a base de épocas. Desarrollan narrativas de lo que fueron en ciertos momentos de la historia y es algo que se recuerda por mucho tiempo. Si bien es cierto que la Liga MX Femenil cuenta con menos de una década de existir formalmente y existen ocasiones en los que el futuro es incierto, lo de Tigres no tiene ninguna pinta de ser algo de época. Lo que parece es más una tendencia. Y que en 20 años, cuando la liga esté consolidada, Tigres seguirá reinando en todo sentido, parecido a lo que sucede con el Bayern Munich en Alemania.
Y no se parecen a nadie porque cada aspecto en Tigres es esencial. Hasta los factores en los que no influyen de forma directa. La afición felina no tiene ningún tipo de comparación, es la única que da grandes entradas cada quince días y en un recinto tan grande como el Estadio Universitario, porque hay que recordar que hay equipos femeniles que todavía juegan sus partidos oficiales en los campos de entrenamiento de la varonil. La última final estaba liquidada desde la ida y en la vuelta metieron, en un lunes normalito de actividad laboral, casi 40 mil personas. Es una locura.
La grandeza con grandeza se paga.
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