Romina, hija de Dulce, decidió abrir su corazón en una exclusiva entrevista con el programa ‘Ventaneando’.

Lejos de la imagen fría y negativa que los medios han creado de ella, la joven de 37 años se mostró en su momento más vulnerable.

Durante el espacio, detalló los motivos por los cuales su madre no tuvo un funeral y cómo fueron sus últimos momentos de vida.

Explicó que los últimos días de su madre fueron especialmente dolorosos, pues su físico ya había resentido los estragos del cáncer, enfermedad que en un principio fue indetectable.

Fue precisamente debido a su frágil estado, que tomó la decisión de no realizarle un funeral, ya que consideró, a su madre no le hubiera gustado ser recordada de esa manera.

“Ella me dijo ‘Romi yo no quiero que nadie me vea así’ y le dije ‘no mami no te preocupes, nadie te va a ver’ y me volvió a insistir ‘Romi que nadie me vea así, tú elige la urna más preciosa y llévame a la Basílica por favor, una urna que brille. Ella tenía miedo de que le tomaran fotos, mi mamá ya era, era muy triste verla, era un trapito de persona, o sea era una cosita así chiquitita, o sea no había vestido o maquillaje que le hicieran justicia”, agregó.

Acerca de los señalamientos y acusaciones en redes sobre que no cumplió con su última voluntad

La hija de Dulce aseguró que no fue así, ya que siguió todas las indicaciones que le pidió su madre, antes de partir

En ese sentido, expresó que le resultaba desagradable que la gente juzgara sin haber conocido siquiera el verdadero estado en el que se encontraba su progenitora.

“El cáncer deterioró muchísimo a mi mamá, yo la paraba, yo la movía, yo hacía todo. Es desgarrador ver como una persona que hace un mes estaba de vacaciones y estaba feliz, ahorita sus placeres estaban tan limitados”, concluyó.

Cabe recordar que la cantante Dulce perdió la vida el pasado 25 de diciembre a los 70 años de edad, tras luchar contra el cáncer de pulmón.

La intérprete de ‘Tu Muñeca’ desarrolló metástasis luego de que la enfermedad le fuera indetectable.

La polémica llegó cuando trascendió que su hija Romina no había cumplido con su última voluntad, que era que la enterraran en Sonora junto a su madre.

Debido a los ataques, finalmente rompió el silencio y contó su verdad.

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