Siempre suena bonito.
Emociones Compartidas. Carlos López Gutiérrez de Velasco.
A mí me agradó el plan de reestructuración que presentó Juan Carlos Rodríguez para la Federación Mexicana de Fútbol y los combinados nacionales. Me agradó bastante. Suena a un proyecto serio, que conoce las herramientas con las que cuenta, pero también las complicaciones que enfrenta. Quizá, me parece, incluso, muy bien planeado para ser verdad. Porque el fútbol mexicano es así, porque el deporte mexicano es así; las cosas siempre suenan bien, la ejecución es otro tema completamente diferente.
El punto más fuerte es que reconoce dónde estamos parados. Hoy, la selección mexicana está buscando regresar de lo que había sido su crisis más grande en la historia reciente, pero los pasos a seguir en 2023 son muy diferentes a los que hubieran sido en 1990. Es obligatorio visibilizar a la innumerable cantidad de talentos nacidos en Estados Unidos que cuentan, igualmente, con nacionalidad mexicana. Y no, no todo jugador mexicoamericano que sea profesional es material de selección, porque hubo un momento que parecía que a todos y cada uno de ellos los querían convencer de jugar con la verde, pero el establecer dos CAR en Estados Unidos apoyará mucho esta búsqueda de talentos que se encuentren del otro lado, pero a disposición mexicana.
También, la Federación por fin entendió que lo mínimo indispensable para competir bien en el nuevo fútbol de selecciones es tener a la mayoría de tus jugadores en Europa. El plan de ‘La Bomba’ Rodríguez establece que se buscará lograr acuerdos con las mejores ligas del mundo para exportar a cuatro jugadores mayores de dieciocho años por club cada temporada y que se les otorgarán becas a egresados de la Escuela Nacional de Directores Técnicos para conseguir su Licencia UEFA. Lo de los técnicos mexicanos agarrando experiencia europea me parece fantástico, pero hay que tener mucho cuidado en cómo se hace lo de los acuerdos y las exportaciones de futbolistas. ¿Cómo asegurar que los clubes van a poner de su parte cuando los precios son altísimos? ¿Qué tanto van a competir allá cuando son contados los futbolistas jóvenes que lo hacen bien acá? El eje principal de todo esto es que logren conseguir a poca edad el pasaporte comunitario y puedan jugar tanto en Europa como en México y, pese a los peros, aplaudo esta estrategia. Si no hay más futbolistas mexicanos allá es por lo que pesa ser inscrito como extranjero y que los mexicanos todavía no tenemos tanto nombre como para ocupar esa plaza. Vaya, si Guillermo Ochoa no jugó nunca en un club protagonista de Europa, algo tuvo que ver lo que costaba la plaza de extranjero.
Y hay más cosas muy buenas. El hecho de integrar un programa de ciencias del deporte y de salud mental ya es una victoria, hemos perdido muchos talentos grandísimos que no supieron manejar lo que pasaba en su mente. El acompañamiento del consejo de expertos ayudará mucho a la selección con los procesos y el estrechar el vínculo entre selección mayor y selección sub23 teniendo el mismo director deportivo sumará en cuestión de desarrollar talentos y generación de oportunidades para los jóvenes mexicanos.
Suena bien planeado y suena a un proyecto de verdad. Lo que hace años el fútbol de México venía esperando. Suena tan bien, que haciendo una tercera parte de lo que se propone vamos a mejorar muchísimo. Pero vivimos en la tierra de los discursos bonitos y los colores de partido que parecen documental de motivación. Acá, todo suena bonito. Acá, todo se vende. Y de tanto fracaso y de tanta mentira que hemos comprado, ya no es tan fácil creer.
Pero si se hace bien, habrá un gran proyecto de selección mexicana dentro de unos años.
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