Por: Delio Salas
No creas en ti mismo porque corres el riesgo de perder a “tus amigos”, a esos que tenías al lado, y que les maravillaba verte pasar momentos de vergüenza, pero que te daban muy amablemente su apoyo y el respaldo en tus momentos difíciles que los hacían sentirse superiores.
No creas en ti mismo, porque empezarás a hallarte con la verdad, y no todo te va a gustar, empezando por encontrarte como el principal responsable de que tu vida actual solo es el resultado de tus decisiones diarias y de la actitud con la que afrontas cada uno de tus días.
No creas en ti mismo, porque entonces no tendrás que pensar en disciplina, obligadamente te darás cuenta de que tendrás que ser la disciplina, y deberás llevarte a caminos extremos y muy distintos a los que estabas acostumbrado a recorrer, horarios más incómodos y menos disfrute en los placeres varios.
No creas en ti mismo, porque entonces estarás condenado a vivir un poco más en soledad, muchas veces por gusto, pero otras por incomprendido, ya que al querer compartir el oro que has encontrado, te tacharán de loco, de presuntuoso, de arrogante, y lejos de acompañarte en un camino de lucha, serás criticado a escondidas y a tus espaldas.
No creas en ti mismo, porque a pesar de ser un ente social, ya no te importará todo lo que digan los demás de ti, tu actuar no necesitará que dependa de ello, no buscarás recompensa alguna más que el placer mismo de ser tú en su máxima expresión.
No creas en ti mismo, porque encontrarás un propósito en tu vida, algo más más allá de lo material, elevado en su naturaleza, e intrínseco en su consecuencia; algo que no se compra con dinero, pero que vale mucho y quizás querrán arrebatártela, pero ¿cómo robar un estado de conciencia cuando la turba de tu mente se encuentra manifiesta en ti y no el teatro que nos rodea?
No creas en ti mismo, porque en ese camino descubrirás a una voz superior que siempre vivió contigo, pero que decidiste no hacerle caso, una voz que te enseñará el valor verdadero que hay en ti, la divinidad que habita en tu interior, y que no necesitas esperar hasta que mueras para vivir en un paraíso de paz y felicidad.
No creas en ti, porque si lo haces, serás libre por fin de tu ego y de todo, y paradójicamente comenzarás la lo-cura de amar, de transformar, y de creer en todo aquello que te rodea.
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Salud, fuerza y unión.
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