Nadie discute el hecho de que la mayor demanda de los mexicanos es la recuperación de la tranquilidad, sentirse seguros en sus bienes y también en integridad física.
Dejar atrás la zozobra prevaleciente casi en todas las entidades federativas ante las manifestaciones de índices de delitos comunes y alto impacto al doble de lo conocido a principio del actual sexenio.
Son bienvenidos los seminarios, congresos u otros eventos ocupados en el análisis y propuestas de solución; sin embargo, en opinión del doctor Arturo Matiello Canales, consejero de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica, podemos abreviar el camino mediante el aprovechamiento de ejercicios prácticos, directos que demostraron y en algunos puntos de excepción representan el referente a seguir a escala nacional.
La mayoría de la población percibe un retroceso en eficiencia de cuerpos policiacos, falla la estrategia establecida desmantelando organismos locales de primer contacto en el afán de concentrar el control en la figura de Guardia Nacional, misma que aun no termina de ubicarse en responsabilidades ajenas a su formación castrense; mientras la delincuencia común y organizada extiende espacios a lo largo y ancho del país.
Como en toda actividad prioritaria, el buen desempeño de la fuerza laboral dependerá de las condiciones de certidumbre otorgadas por el patrón.
En el caso de la seguridad, debe garantizar sueldo remunerador, prestaciones sociales atractivas para el empleado y su familia y premios especiales por actuaciones relevantes.
Suma de estímulos que arraiguen a la gente ocupada en esta tarea y configuren el compromiso de corresponsabilidad.
Por supuesto, al referido paquete de apoyos, urge el reequipamiento de infraestructura diversas que la política transformadora desplazó sin importar consecuencias que hoy todos padecemos –la mayoría de la población-.
Urge en invertir en policías municipal y estatal y mejor coordinación federal: Matiello
Matiello Canales citó ejemplos de cámaras de videovigilancia, patrullas, armamento moderno, capacitación efectiva y por supuesto mandos idóneos.
Aunque el tema resulta polémico, el representante de Consejos de Participación Cívica considera que responsabilizar a soldados y marinos en tareas de seguridad ciudadana resulta un error, muchos de estos efectivos se encuentran incómodos, molestos, porque dicen y con mucha razón, están formados para la guerra que nada tiene que ver con intervenciones a rijosos callejeros o borrachos alterando el orden público.
Su papel debe ser de coadyuvancia en asuntos delicados, refuerzo a la primera barrera de contención que pertenece a policías municipales y estatales.
El nivel de conflicto a que llegó el segmento de la inseguridad obliga a las autoridades responsables de toma de decisiones a dar un giro sustancial en la estrategia para devolver la paz, tranquilidad de la mano de las inversiones productivas y empleos permanentes y remuneradores.
Por esa razón, el entrevistado propone el regreso de las policías intermunicipales que tan buenos resultados aportaron en Veracruz-Boca del Río y sin más excusas propias de la politiquería devuelvan a los ayuntamientos subsidios de la importancia del Subsemun y Fortaseg.
Hablar en serio, con inteligencia en busca de soluciones a la pesadilla llamada criminalidad, cierto, sin seguridad, no podemos aspirar a crecimiento económico y bienestar sustentable.
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