Los recientes apagones en Veracruz no solo han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de nuestra infraestructura energética, sino que también han subrayado la urgente necesidad de avanzar hacia una mayor seguridad y sostenibilidad energética.
Con más de 338 mil usuarios afectados en una sola noche, según reportes de AVC Noticias, la situación demanda una acción inmediata y efectiva.
Veracruz, con su rica geografía y abundancia de recursos naturales, se encuentra en una posición privilegiada para liderar la transición hacia una matriz energética más diversa y sostenible.
La importancia de esta transición ha sido reconocida por organismos internacionales como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y la ONU, así como por la Secretaría de Energía, quienes coinciden en que es fundamental para resolver los desafíos actuales del suministro eléctrico.
La dependencia de fuentes de energía convencionales y la infraestructura envejecida han sido identificadas como causas principales de los apagones recurrentes, lo que ha llevado a protestas ciudadanas y preocupación entre la comunidad empresarial, incluidas cámaras como Canaco, Canirac, Coparmex y Canacintra.
La respuesta a estos desafíos no solo radica en la modernización de la infraestructura existente, sino también en la adopción de fuentes de energía más limpias y renovables, entre las que el gas natural juega un papel crucial.
El gas natural, por su eficiencia y menor impacto ambiental en comparación con los combustibles fósiles tradicionales, es un pilar fundamental para garantizar un suministro energético confiable y sostenible en Veracruz.
Además, su uso en la generación de electricidad no solo promete mejorar la estabilidad del suministro, sino también impulsar el desarrollo económico regional a través de la creación de empleo y la atracción de inversiones en proyectos industriales y de infraestructura energética.
Para alcanzar la seguridad energética que Veracruz merece, es imperativo un esfuerzo conjunto entre el sector público y privado. Esto implica no solo una inversión significativa en tecnología innovadora y en la mejora de la infraestructura, sino también un compromiso con la promoción y el desarrollo de recursos renovables.
Solo a través de una estrategia energética integral y de largo plazo, podremos asegurar un futuro donde los apagones sean una reliquia del pasado y donde la sostenibilidad sea la norma.
En resumen, la crisis actual ofrece una oportunidad única para repensar nuestro enfoque energético. El gas natural, junto con las energías renovables, debe ser el centro de una estrategia que no solo busque resolver los problemas inmediatos de suministro, sino que también se alinee con los objetivos globales de sostenibilidad.
Es hora de actuar con visión y determinación para garantizar un futuro energético seguro y próspero para Veracruz y sus habitantes.
Por Ricardo Achaga
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